La Comisión para los Derechos Humanos del Estado Zulia (Codhez) realizó un sondeo sobre el consumo de alimentos y seguridad alimentaria en Maracaibo entre los días 19 y 26 de abril. El informe reveló la información sobre la dieta de los marabinos, el consumo diario de alimentos, estrategias para su adquisición, entre otras situaciones relacionadas con el acceso a la alimentación durante la cuarentena.
El sondeo destacó que en 70% de los hogares la responsabilidad de la preparación de los alimentos corresponde a las mujeres, evidenciando la disparidad de las cargas familiares que se acentúa durante la cuarentena.
Dieta con predominio
La marca de diversidad de dieta de la familia explora el contexto de las comidas diarias, y en específico, lo que se consumió en las 24 horas anteriores a dar respuesta al formulario.
Según Codhez, la respuesta predominante fue el consumo de cereales, es decir, de arepa, pasta, pan, arroz, harinas de maíz o trigo, entre otros (99%), seguido del de plátano y tubérculos (86%).
El consumo de proteínas cárnicas (incluyendo vísceras) fue reportado en 75% de hogares, mientras que 58% afirmó haber consumido granos.
También destacó, en el sondeo, el consumo de huevos (69%), y en contraste, la poca presencia de pescado y mariscos (15%), que suelen ser mucho más costosos. El consumo de verduras (cebolla, tomate, lechuga) es muy frecuente (84%), al contrario que el caso de las frutas (51%).
En suma, 81% de hogares marcó una diversidad alta, al consumir entre 6 y 11 categorías de alimentos; 14%, una diversidad media, consumiendo entre 4 y 5 categorías; y 5% una diversidad baja, al consumir menos de 3 categorías de alimentos.
Adaptaciones negativas
Al explorar sobre las estrategias que adoptan las familias para acceder a alimentos, se encontró que 36% sobrepasa el umbral de adaptaciones negativas extremas, mientras que 20% presenta inseguridad alimentaria, y 23% está en riesgo de sufrirla.
“Esto significa, en términos generales, que 79% de hogares experimenta serias dificultades para acceder a los alimentos, debiendo adoptar estrategias de sobrevivencia para mantener un consumo básico. Entre tanto, apenas 21% de hogares estaría en una situación normal”, señaló Codhez.
Al contrastar estos resultados con los hábitos de consumo de alimentos, se destacó que la mayoría de las familias intenta mantener cierta diversidad en la dieta, pero se sacrifica para lograrlo.
“El sacrificio consiste en adoptar cambios en la calidad de la dieta (83%), reducir las porciones de comida (70%), dejar de desayunar, almorzar o cenar (42%), comer una vez o no comer nada durante el día (20%), depender de la ayuda de familiares en el exterior (42%), gastar ahorros para comprar alimentos (79%), vender o intercambiar bienes personales por o para comprar comida (30%), y trabajar a cambio de alimentos (22%), entre otros”, detalló el informe.
Caminar para comprar
La escasez de combustible, según Codhez, ha obligado a que el 61,6% de las familias se traslade a pie para llegar hasta los establecimientos de venta de alimentos, en contraste con 26% de ellas que reportó usar su vehículo, situación que se explica por la escasez absoluta de combustible en la ciudad.
Entre quienes se trasladan a pie, el 15% recorre hasta 100 metros, un 35% entre 101 y 500 metros, el 23% entre 501 y 1.000 metros, un 21% entre 1.001 y 5.000 metros y el 6% debe caminar 5.001 metros o más para comprar alimentos.
“Los datos muestran la dificultad para acceder a los centros de venta de alimentos, además de la necesidad de las familias de buscar mejores precios y, también, el hecho de que en ciertos sectores de la ciudad hay muy pocos establecimientos cercanos a las áreas residenciales”, señaló Codhez.
Nota de prensa
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