Javier Rodríguez, habitante del municipio San Rafael de Carvajal, en el estado Trujillo, tiene una cocina a gasoil, otra eléctrica y un fogón para poder cocinar ante la falta de gas doméstico que padece la región desde principios de 2020.
Rodríguez, quien depende de la venta de pasteles en el centro del municipio Valera, contó que tiene seis meses sin llenar sus bombonas de gas, por lo cual estos métodos de contingencia se han vuelto la regla.
Esto, pese a que la empresa Gas Comunal, administrada por la Gobernación de Trujillo, ha cobrado con varios meses de antelación el llenado de los cilindros, por medio de los Clap y los consejos comunales.
“Ya están pagas las del gas comunal, desde mayo, y no han llegado. Ahora están cobrando otra vez, pero no se ve movimiento”, denunció Rodríguez.
El afectado añadió que esta espera es solo para quienes no pueden pagar a las mafias internas de la empresa. “En la planta de Jalisco (Motatán) con ‘palanca’ las llenan, pero en dólares. Por una de 43 kilos cobran 50 dólares”, detalló el hombre.
Fogones en cuarentena
Una situación similar viven los residentes de Los Cerrillos, en la parroquia La Puerta de Valera, donde hay familias que tienen entre siete y nueve meses de cuarentena sin gas.
“Está muy ruda la situación. Estamos cocinando con cocina eléctrica y cuando se trata de sopa, la hacemos en leña, a pesar de que a mi mamá le hace mal el humo. Cocinamos para todo el batallón familiar y los vecinos que se agregan”, contó Haydée Villareal, habitante del sector.
La dama manifestó que la empresa resguardó las bombonas de la comunidad desde mayo, pero todavía no se las han llevado para llenarlas.
“Metí hace poco una de 43 kilos y me costó 560.000 bolívares. Esa aún está aquí en Los Cerrillos en un depósito, junto a más de 200, esperando que venga el camión. Nosotros desde mayo, otros desde hace más tiempo”, contó vía telefónica la ama de casa.
Villareal relató que sus vecinos, incluso, han recurrido a la fabricación de aparatos a gasoil.
“Aquí hay ingenieros y electricistas desempleados que están haciendo cocinas eléctricas para vender y están inventando las de gasoil», dijo la declarante.
Otros opinaron que estas soluciones no son definitivas y dependen del clima, la venta de combustible y las fallas eléctricas. “Yo tengo desde marzo sin gas. Te podrás imaginar, cuando no hay luz, no puedo cocinar. A veces no puedo ni con leña, porque está lloviendo y comprarla es caro. Un bulto cuesta 700.000 bolívares”, dijo Jesús Medina, habitante del sector Hatico de La Puerta.
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