Diosdado Cabello es el jefe de la fracción parlamentaria del PSUV en la Asamblea Nacional de Nicolás Maduro. Cuando quedó fuera de la directiva se le dio ese cargo, que no es poca cosa pues se supone que es quien cosa y concierto sobre 93% de los diputados que la integran. Pero aquella responsabilidad ha quedado huérfana.
Cabello acumula casi un mes sin acudir al Palacio Federal Legislativo. Para la sesión del martes 23 de febrero se le anunció en el orden del día propuesto que se hizo público ese día a primera hora, pero ya a mediodía el documento había sido cambiado y su nombre retirado del papel que finalmente se leyó en la sesión vespertina.
Este jueves 25 de febrero, de nuevo, no se le vio en la sesión parlamentaria, sumando casi una decena de reuniones de este tipo a las que decide no acudir. Tampoco pinta por las oficinas de las comisiones parlamentarias de los miércoles. ¿Por qué será?
No es porque está indispuesto de salud, pues cada miércoles (excepto en carnaval, claro) se le ve rozagante con su Mazo. Entonces otra cosa debe ser.
El rol de jefe de bancada del PSUV lo ha asumido Pedro Carreño en la práctica.
Diosdado Cabello llegó a esa Asamblea Nacional como primero de la «lista nacional» del partido oficialista, que por diseño electoral no necesitaban votos directos para alcanzar una curul. Con porcentaje de votos de la tarjeta roja le bastaba. Así que es difícil decir que no le está cumpliendo a «sus» electores.
Pero, en todo caso, no le está cumpliendo a su investidura.
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