La música de orquesta envuelve las calles de una ciudad venezolana cada vez que un camión con músicos se abre paso entre el tráfico durante el último año, captando la atención de conductores y transeúntes que toman fotos y miran el vehículo. La presentación en vivo es un esfuerzo para brindar a las personas un pequeño respiro de la pandemia del coronavirus y otras dificultades.
Por Juan Pablo Arráez | The Associated Pres
Una calurosa tarde de esta semana, los músicos subieron a la plataforma del camión y, con mascarillas, comenzaron a tocar mientras viajaban por Barquisimeto, una ciudad al oeste de la capital, Caracas. Sus instrumentos incluían un violonchelo, violines e incluso un piano de cola Steinway & Sons.
“La música más allá de entretenernos, puede transformarnos, puede curar, puede aliviar emociones”, dijo José Agustín Sánchez, un pianista, compositor y director venezolano que ideó la iniciativa.
Antes de que comenzara el espectáculo, Sánchez les recordó a los músicos que su próxima actuación era una “desinfección musical” que podría provocar en ellos y en su público una variedad de emociones. Les dijo que estuvieran preparados para que les gritaran, pero también para ver a alguien aplaudir y llorar.
El recorrido comenzó fuera de una escuela de medicina al lado de un hospital. Sánchez dirigió la orquesta móvil desde su piano mientras los músicos sudaban bajo el sol del mediodía. La orquesta interpretó durante horas muchas de sus melodías, que escribió mientras se desempeñaba como compositor residente de la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas.
Venezuela ha visto más de 140,900 infecciones confirmadas y 1,364 muertes por COVID-19. Los expertos creen que el reducido número de casos en comparación con otros países de la región, como Brasil, Colombia y Perú, se debe en gran parte al aislamiento que vive Venezuela desde hace años debido a una crisis política, económica y social.
Barquisimeto también es conocida como la “ciudad musical” de Venezuela por ser la ciudad natal de varios de los fabricantes de instrumentos musicales, músicos y compositores del país, entre ellos Gustavo Dudamel, director musical y artístico de la Filarmónica de Los Ángeles en los Estados Unidos y considerado uno de los grandes conductores de la actualidad.
Sánchez, de 31 años, regresó a Venezuela en 2017, luego de casi 11 años en el extranjero. Sus viajes lo llevaron al Tíbet y Nepal, donde después de varios meses de “explorar la paz desde el sonido”, decidió regresar a su país afligido para entregar un mensaje de unidad.
Ha estado de gira por Venezuela durante la pandemia, tocando desde la parte trasera de camionetas, pero también en instalaciones médicas donde se trata a pacientes con COVID-19. Su cuenta de Instagram incluye videos de Sánchez usando equipo de protección personal de la cabeza a los pies y tocando el piano junto a pacientes y trabajadores de la salud.
“Es un espectáculo digno, es hermoso”, dijo Zulay Chirinos Mariño, residente de Barquisimeto de 60 años. “Tengo la piel de gallina.”
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