Expertos ambientalistas y zoólogos denunciaron que la administración del Parque Francisco de Miranda, de la mano de Inparques, ha trasladado primates en peligro de extinción a las instalaciones, “sin realizar los procedimientos necesarios para asegurar el bienestar de los animales”.
La secretaria del Sindicato Unido de Trabajadores de Inparques (Sunep-Inparques), Marlene Sifontes, informó que, de manera extraoficial, se pudo conocer que “esto corresponde a un presunto programa de rescate y reproducción del mono margariteño”, cuya especie se encuentra en riesgo.
Señaló que, para realizar este proyecto, “se construyeron varias casas como refugio, en las cuales hay una mona en periodo de gestación y otra recién nacida”. Los nuevos hábitats de los primates, están ubicadas en una isla de la Laguna 9, en la cual se realizan paseos en bote.
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Riesgo para los animales y visitantes
En este sentido, Sifontes alertó que “El Parque del Este no es un zoológico, ni un centro de rescate. Es un parque de recreación con una pequeña colección de fauna”. Por lo cual, la ubicación de animales en áreas no permitidas «ponen en riesgo a estas especies y a los usuarios».
Al respecto, una ingeniera en producción animal y extrabajadora de Inparques, quien solicitó resguardar su identidad, dijo al Diario 2001 que «debido a la falta del personal de seguridad, y a la falta de concientización de los visitantes, instalar hábitats animales en espacios abiertos del parque puede generar escenarios desfavorables».
Aclaró que el primate que se encuentra en la isla de la Laguna 9, «es un mono araña negro, de la familia de los Cebidae. Es un animal muy sociable y dócil, pero que puede reaccionar de una manera agresiva si se invade su territorio».
Relató que, en su experiencia, «tuvimos casos en que los visitantes buscaban el contacto con los animales. Incluso se atrevieron a poner ramas muy altas y resistentes en la jaula del jaguar, para que el felino se saliera de ahí. De igual manera pasó en la laguna de los monos».
Ante tales hechos, la exzoóloga del Parque Francisco de Miranda alertó que «es algo que puede pasar con las monitas que están en la Laguna 9». Asimismo, «si los usuarios que pasean en los botes se acercan a la isla, en intentan tocar a estos primates, los mismos pueden reaccionar de una manera agresiva, morderlos, e incluso podrían arrancarles un dedo».
Programas de conservación de especies
La ambientalista Marlene Sifontes criticó que Inparques «extraiga de manera arbitraria animales de sus ambientes naturales, e incumpla con las normas jurídicas establecidas».
Afirmó que especies «tan amenazadas» como los son el mono capuchino (margariteño) y el mono araña negro, ambos de la familia de los Cebidae, «no deben jamás ser alejadas de su hábitat natural. A menos que vaya a ser incorporada a un serio y profesionalmente estructurado programa de conservación ex situ». No obstante, consideró que, «aun así, solo deberían extraerse en casos extremos».
Sifontes calificó como «una barbaridad absoluta» la exhibición de animales en peligro de extinción «con el único fin de entretener al público».
Por su parte, una fuente con conocimiento en el área de reproducción de los animales en zoológicos, aseguró que «el parque Miranda no es apto para este tipo de actividad». Explicó que «este lugar no es un zoológico, sino un parque recreacional con una pequeña colección de animales de la fauna venezolana en exhibición».
Precisó que «el parque encargado del cuidado y reproducción de los animales es el Zoológico de Caricuao», en el municipio Libertador. Este «si cuenta con todas las condiciones, las reservas y el hospital veterinario».
Por otra parte, reveló que «los trabajadores del parque desconocen si Inparques cuenta con los permisos necesarios para trasladar a los animales. Entre ellos, un perro de agua y el mono araña».
Esto se debe a que «no hay un equipo técnico que realice el registro de las especies. Entonces, Inparques podría tener el permiso o no; pero no existen datos sobre eso».
Quedan pocos ejemplares de mono margariteño
En cuanto al mono margariteño (Sapajus Apella), conocido también como maicero, una extrabajadora de Inparques explicó que quedan «menos de 300 ejemplares en su entorno natural».
Describió que este tipo de mono capuchino «habita en regiones boscosas de la isla de Margarita. Sin embargo, en los últimos años se ha visto amenazado por el crecimiento de la población humana, que lo ha desplazado de su hogar».
Las tierras margariteñas han sido tomadas para la práctica de la agricultura y la construcción de nuevos urbanismos, dijo la zoóloga. Ante tal situación, «los monos, en su lucha por sobrevivir, roban alimento de las siembras. Es por eso que los mismos agricultores les dan caza, como si fueran una plaga»
Debido a la situación que enfrenta el Sapajus Apella, la experta consideró que «es positivo moverlo de su hábitat para reproducirlos. Sin embargo, debe haber un trabajo correcto, con expertos en la materia. También se debe realizar un seguimiento a la hora de liberarlos en la naturaleza, para conocer que en su entorno se puedan desarrollar y no haya depredadores», concluyó.
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