El presidente chino Xi Jinping reapareció en público este lunes con una máscara de protección y dejándose tomar la temperatura, como hacen a diario millones de chinos.
El fin de las vacaciones por el Año Nuevo lunar, que en muchas provincias se habían prolongado hasta este lunes, no ha impedido que muchas empresas hayan adoptado un enfoque flexible y que sigan pidiendo a sus empleados que trabajen desde sus domicilios para evitar contagios.
La consigna oficial es volver al trabajo “de manera ordenada”, y de verificarlo se encargó en persona el propio presidente chino, Xi Jinping, quien realizó hoy una inspección sorpresa en Beijing, su primera aparición pública desde que estalló el brote. Antes de esto, solo se había mostrado en dos ocasiones, pero en reuniones políticas a puertas cerradas.
Xi dijo que el gobierno evitará realizar despidos masivos en medio de un brote de coronavirus que ha afectado gravemente a la segunda mayor economía del mundo, reportó el lunes la televisión estatal china. El mandatario declaró además que China se esforzará por cumplir con sus objetivos económicos y sociales del año y reiteró que la nación ganaría la batalla contra el coronavirus, que ya provocó la muerte de más de 900 personas entre los más de 40 mil contagios.
Beijing, Shanghái, Cantón y Shenzhen registraron el pasado fin de semana notables caídas en las llegadas por tren en comparación con años anteriores, según informan los medios oficiales, lo que sugiere que una gran parte de la población migrante aún no ha regresado a sus puestos de trabajo: la reanudación de la actividad económica será muy gradual.
Oficialmente estas vacaciones se prolongaron solo tres días, pero muchas ciudades y provincias las alargaron hasta el 10 de febrero. Estas medidas sin precedentes han convertido las ciudades en pueblos fantasmas. Algunas señales indican este lunes que el país vuelve a un amago de normalidad.
En las carreteras de Beijing y Shanghái hay bastante más tráfico que en los últimos días, aunque muchas tiendas siguen cerradas. La ciudad de Guangzhou (sur) informó que el transporte público se reanudará a partir del lunes.
Quienes regresan al trabajo tienen miedo. “Por supuesto que estamos preocupados”, afirma un joven de 25 años apellidado Li en un centro de belleza de la capital, que reabrió el lunes. “Cuando entran los clientes, primero les tomamos la temperatura, después usamos desinfectante y les pedimos que se laven las manos”, explica.
Una encuesta realizada por la Cámara de Comercio estadounidense en Shanghái revela que el 60% de sus compañías prevé el teletrabajo.
Los medios de comunicación públicos informaron que el número de pasajeros en el metro de Beijing este lunes es aproximadamente un 50% inferior al de un día normal de trabajo.
El empleado de un banco de Shanghai contó a la AFP que iba a trabajar media jornada, y que otros irían por la tarde. El resto del día, el personal recibe instrucciones de trabajar desde casa. “Nos complica el trabajo porque necesitamos acceder a los sistemas en la oficina”, comenta.
Otros, como el fabricante de automóviles Toyota, han retrasado la reincorporación laboral una semana más. Los colegios y universidades de todo el país permanecieron cerrados.
Y aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que hay señales de que la epidemia se está estabilizando, su director general advirtió que puede haber más casos en el extranjero de personas que nunca han viajado a China.
“Es posible que solo estemos viendo la punta del iceberg”, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Con información de Reuters, AFP – EFE- Infobae
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