Aseguró que celebraría con champán la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos pero no pudo cumplir totalmente su palabra porque, según ha explicado, se encontraba en Kirguistán cuando se conocieron los resultados. Sin embargo, Viktor Orban no quería dejar de brindar por el «fantástico resultado» que obtuvo su aliado y encontró una solución que, además, es muy típica en Rusia: el vodka.
Por El Mundo
«En Kirguistán tienen costumbres diferentes, por lo que hemos gastado las reservas de vodka con gran alegría», ha explicado el primer ministro de Hungría, que este jueves y viernes acoge en Budapest la reunión de la Comunidad Política Europea y de los líderes de la UE. Y aunque en un primer momento ha amagado con mantener en un segundo plano la estrecha relación que mantiene con Trump, finalmente ha dejado una frase que demuestra la admiración que le profesa y que muy probablemente tenía preparada: «Querían encarcelarlo, quisieron confiscarle sus bienes, le quisieron matar y hoy es presidente de EEUU».
En una comparecencia un tanto peculiar con el presidente del Albania, Edi Rama, quien por ejemplo ha llamado «su majestad» a Emmanuel Macron y ha ironizado con que Orban es la oveja negra de Europa, el aludido presidente de Hungría también ha manifestado que su solución es la única que funciona para contener la inmigración: una verja y que sólo pueda acceder al país quien tiene permiso.
«Protegemos a todo Europa, no sólo a Hungría», ha subrayado Orban. Y la realidad es que su discurso cada vez cala más entre los líderes europeos. No todos son tan drásticos ni grandilocuentes en las palabras. Pero, como apuntan numerosas fuentes comunitarias, «casi todo el mundo quiere la soluciones innovadoras», que es como la presidenta de la Comisión Europea bautizó a la batería de acciones que incluyen también los centros de detención fuera de la UE.
Tampoco ha rehuido, ni mucho menos, la guerra de Ucrania y ha vuelto a pedir la paz. Pero no una paz porque Rusia se retire de las posiciones ocupadas y respete el territorio ucraniano, sino más bien una suerte de alto el fuego negociado por ambas partes, que no es exactamente lo que defiende la Comisión Europea.
Doble examen
Y justamente en el proceso de la conformación de la nueva Comisión, el candidato húngaro de Orban ha sufrido un importante revés: no ha obtenido el visto bueno del Parlamento, que le ha solicitado más información por escrito para seguir analizando su idoneidad, siendo así el único aspirante al que hasta el momento no ha sido aprobado.
Oliver Varhelyi aspita a ser el comisario de Salud y Bienestar Animal, pero muchos en Bruselas recelan de dar ese puesto al representante de un país que, por ejemplo, optó por la vacuna rusa durante la pandemia. «¿Cómo podemos apoyar a un comisario de Salud que no es capaz de criticar a un Estado miembro que eligió las vacunas rusas/chinas en lugar de las aprobadas (en la UE), ni de explicar cómo garantizar a las mujeres un acceso sin trabas a la salud y los derechos sexuales y reproductivos?», explicó muy claramente el coordinador de Renew, Pascal Canfin.
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