Las FARC, el narcotráfico, la corrupción y la izquierda colombiana están ligadas en cualquier parte de la historia contemporánea de Colombia y es que todos esos sectores están inmersos en el caso del magnicidio contra el excandidato presidencial conservador Álvaro Gómez, ocurrido en Bogotá en 1995, que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) reconocieron recientemente su autoría del crimen y otros seis asesinatos que movieron a la opinión pública colombiana en la década de los ‘90.
Por Primer Informe
A través de un comunicado difundido el sábado, las FARC, otrora organización armada ofreció «aportar verdad, esclarecer los hechos ocurridos y asumir tempranamente la responsabilidad» en varios casos.
La explosiva carta de la exguerrilla fue recibida por la jurisdicción Especial para la Paz (JEP) el 30 de septiembre, y está firmada por los excomandantes rebeldes Julián Gallo, Pastor Alape y Pablo Catatumbo.
Entre los asesinatos que promete esclarecer las FARC están también los asesinatos del general retirado del ejército Fernando Landázabal, en 1998, y del exconsejero de paz Jesús Antonio Bejarano en 1999.
Tras la misiva de las FARC, la exsenadora colombiana Piedad Cordoba también alzó su mano para decir que tenía que decir cosas detrás del magnicidio.
Sin embargo, no todos ven la disposición de las FARC y Córdoba como un acto de buena fe. El hijo del del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado, Mauricio Gómez asegura que esta es una jugada entre las FARC, Piedad Cordoba y el ex presidente Ernesto Samper para lavar la cara de todos los involucrados con el asesinato.
Gómez asegura que Piedad Córdoba le dio una sorpresa con lo que dijo. “Estaba ausente de los medios y ahora sale con una sorpresa de que sabe quién mató a Álvaro Gómez. Todo está bien pensado, quieren llevar el caso a la Justicia Especial para la Paz (JEP) para que le echen la culpa a un guerrillero muerto, Tirofijo o el Mono Jojoy”, señaló Mauricio Gómez en una entrevista que concedió para la revista Semana.
El asesinato del periodista y excandidato presidencial Álvaro Gómez se produjo días después de que escribiera y publicara dos editoriales en El Nuevo Siglo en contra del entonces presidente Ernesto Samper por asuntos morales. En uno de ellos Gómez dijo que “el presidente Samper no se cae, nadie lo está tumbando. Pero tampoco se puede quedar”. El caso fue declarado por la justicia colombiana como un “crimen de lesa humanidad” para que no prescribiera y los culpables en algún momento pagaran.
Mauricio Gómez dijo que lo que pudiera ocurrir si el caso es expuesto en la JEP le quitarán la competencia a la Fiscalía “y se acaba el caso y todo el mundo tan contento sobre todo los señores Serpa y Samper”.
Gómez cuestionó que la exsenadora Piedad Cordoba no haya ido directamente a la Fiscalía a contar lo que supuestamente sabe del asesinato de su padre. “Por qué no fue al órgano regular que si uno tiene noticias debe ir a la Fiscalía porque está tratando de ir a la comisión de la verdad, es lo que ella quiere, ayudar a su gran amigo Samper”.
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