El titular de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha decidido que el próximo embajador español en Venezuela sea el diplomático Ramón Santos, quien ha trabajado estos últimos en el Gabinete de Arancha González Laya como asesor de la ministra, prestando especial atención a los asuntos de Cataluña y los intentos del independentismo por internacionalizar el llamado ‘procés’, según informan fuentes diplomáticas a Vozpópuli.
Por ANTONIO RODRÍGUEZ– Vozpópuli
El Gobierno español ya ha pedido el plácet para Santos al régimen de Nicolás Maduro y está a la espera de que la aprobación venezolana se produzca en los próximos días. En realidad, el Ejecutivo de Pedro Sánchez no está obligado a solicitar este permiso porque Santos será el encargado de negocios de la Embajada española, un escalón inferior al de embajador.
Ello se debe a que España -al igual que el resto de la Unión Europea- no reconoce los últimos comicios presidenciales que Maduró organizó en 2018 en Venezuela y que, al cabo de unas semanas, llevó a Juan Guaidó a proclamarse presidente encargado de organizar nuevos comicios en el país sudamericano. Los países de la UE decidieron tras ello que sólo enviarían encargados de negocios en caso de sustituir a sus respectivos embajadores.
Los primeros en cumplir con ese mandato fueron Italia y Países Bajos, y tras ellos España. El Gobierno de Sánchez decidió en septiembre del año pasado el cese del embajador Jesús Silva y que le sustituyese Juan Fernández-Trigo como encargado de negocios. Este último dirigía hasta ese momento la legación española en Cuba.
Pero el Ejecutivo español tuvo una deferencia diplomática con el régimen de Maduro, según las citadas fuentes. A diferencia de Roma y La Haya, que enviaron a sus respectivos encargados de negocios sin solicitar la aprobación previa a Caracas, Madrid sí que cursó un plácet a la Cancillería venezolana y esperó a la luz verde antes de anunciar la elección de Fernández-Trigo.
Este último fue elegido por Albares nuevo secretario de Estado para Iberoamérica en julio, de ahí que el ministro tenga ahora que suplir esa vacante. Y el jefe de la diplomacia española se ha decantado por Santos y ha vuelto a cursar un plácet al igual que Laya, lo que supone en la práctica un reconocimiento implícito del Gobierno de Maduro que no llegaron a tener Italia y Países Bajos.
Desde la Oficina de Información Diplomática (OID) se subraya a este diario que Santos cuenta con una dilatada carrera diplomática en Iberoamérica. Ha sido embajador en Bolivia (2008-2012) y Panamá (2015-2019), así como embajador en misión especial para las Cumbres Iberoamericanas. Así que cumple con los requisitos de «especialización» en jefaturas de misión y «experiencia previa en ese país o en la región» de los Albares habló en su primera comparecencia parlamentaria de agosto cuando terció sobre la designación de nuevos embajadores.
El nuevo encargado de negocios en Venezuela entró en el Gabinete de Josep Borrell en abril de 2019 y a finales de ese año viajó a Bolivia en una misión especial nunca aclarada en todos sus extremos, según desveló Vozpópuli, para ayudar en tareas diplomáticas tras la caída de Evo Morales y el incidente policial que derivó en la expulsión del país andino de la encargada de negocios y el cónsul que estaban en La Paz.
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