La comunidad científica ha perseguido una vacuna contra la malaria durante más de 100 años. Ha sido una búsqueda que ha involucrado millones de euros y millones de horas de trabajo de científicos y epidemiólogos de todo el mundo, pero ya es una realidad: por primera vez, existe una que ha ganado la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para ser administrada a gran escala y que, por tanto, puede agregarse –no reemplazar – al paquete básico de medidas preventivas y diagnósticas. Es la llamada RTS,S / AS01 de la farmacéutica GlaxoSmithKline, Mosquirix por su nombre comercial, y este miércoles ha hecho Historia.
Por LOLA HIERRO– EL PAÍS
“Comencé mi carrera como investigador en malaria y anhelaba el día en que tuviéramos una vacuna eficaz contra esta antigua y terrible enfermedad. Hoy es ese día: un día histórico. La tan esperada vacuna para niños es un gran avance para la ciencia, la salud infantil y el control de la enfermedad”, ha expresado en rueda de prensa este miércoles el director General de la OMS, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Su uso, además de las herramientas de prevención existentes, podrá salvar decenas de miles de vidas de los más jóvenes cada año”.
La inmunización que recomienda hoy la OMS actúa contra el parásito Plasmodium falciparum, transmitido al ser humano a través de la picadura de las hembras del mosquito Anopheles, el más mortífero del mundo y el más prevalente en África subsahariana. En 2019 se produjeron 409.000 muertes por paludismo, el 94% de ellas en este continente, donde los niños son las principales víctimas: más de 260.000 africanos menores de cinco años fallecen cada año por esta enfermedad parasitaria que infecta a unas 200 millones de personas anualmente.
“Durante siglos, la malaria ha acechado al África subsahariana, causando un inmenso sufrimiento personal”, ha expresado en su intervención la doctora Matshidiso Moeti, directora regional de la OMS para África. “La recomendación de hoy ofrece un rayo de esperanza para el continente, que carga con el mayor peso carga de la enfermedad”, ha añadido. La postura de la OMS, a partir de ahora, será que, en el contexto del control integral de esta patología, se utilice la vacuna RTS,S para la prevención del paludismo causado por el P. falciparum en los niños que viven en regiones con transmisión de moderada a alta. Esta deberá administrarse en cuatro dosis en niños a partir de los cinco meses de edad.
“Esta es una vacuna que se ha desarrollado en África, para niños africanos y con científicos africanos. Este campo de investigación está plagado de esfuerzos fallidos, y ahora tenemos una que ha demostrado su capacidad para prevenir enfermedades y muertes”, valoró, por su parte, este lunes la doctora Kate O’ Brien, directora del departamento de Inmunización de la OMS, en una sesión informativa virtual. Adicionalmente, Pedro Alonso, director del Programa Mundial de la Malaria de la misma organización, resaltó lo extraordinario de este hallazgo: “No tenemos vacunas contra la filariasis, o la oncocercosis, o los gusanos de Guinea o cualquier protozoo porque, desde el punto de vista biológico, son increíblemente complejos. Desde la perspectiva científica, este es un gran avance”.
Tras tres décadas de investigación de esta vacuna, tras demostrarse segura y eficaz en ensayos clínicos, y tras la evaluación positiva en 2015 de la Agencia Europea del Medicamento, la OMS amparó un programa piloto para suministrarla en áreas seleccionadas de Kenia, Ghana y Malawi. Este comenzó en 2019 con una campaña liderada por los ministerios de Sanidad de cada país. “Fueron ellos los que levantaron la mano para decir: ‘Nos gustaría ser uno de los países que ponga a prueba la introducción de este producto’. Eso realmente expresa el intenso deseo de tener una herramienta adicional de prevención”, aseguró O’Brien.
Financiada con 60 millones de euros por la Alianza Mundial de la Vacunacion Gavi, el Fondo Mundial de Lucha contra el sida, la Tuberculosis y la Malaria; y Unitaid, la campaña arrancó con el objetivo de evaluar distintas cuestiones pendientes: la viabilidad de administrar las cuatro dosis recomendadas, el papel de la misma en la reducción de las muertes infantiles y su seguridad en el contexto del uso rutinario. “Hubo algunas señales que fueron un poco desconcertantes en el ensayo clínico de fase tres, y por precaución, era importante resolverlas, aunque se pensaba que se identificaban como hallazgos fortuitos”, ha indicado O’Brien, porque en el ensayo más grande aquellos niños que recibieron la RTS,S tuvieron 10 veces más riesgo de padecer meningitis que los que recibieron solo una dosis de control. “A través de una revisión muy cuidadosa se ha demostrado que esos eventos no tuvieron relación con su administración”, ha asegurado la doctora.
LIVE: Media briefing with @DrTedros on #malaria vaccine recommendations. #EndMalaria https://t.co/c5OjRTRPlK
— World Health Organization (WHO) (@WHO) October 6, 2021
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