El presidente de EE.UU., Joe Biden, pidió este martes al Congreso que legisle para elaborar una reforma que prevenga el abuso policial y otra para prohibir el uso de las armas de asalto.
EFE
«Tenemos la obligación de asegurarnos de que toda nuestra gente esté segura y la seguridad pública depende de la confianza pública, pero con demasiada frecuencia se viola esa confianza», apuntó el mandatario en su discurso sobre el Estado de la Unión, al que han asistido víctimas de los sucesos violentos más mediáticos de los últimos meses.
Entre ellos la madre y el padrastro de Tyre Nichols, el joven afroamericano que murió a principios de enero en Memphis (Tennessee) después de que varios policías le propinaran una paliza, que fue grabada en video y quienes hoy se encontraban sentados en el palco de la primera dama, Jill Biden.
«No hay palabras para describir la angustia y el dolor de perder a un hijo, pero imagina lo que es perder a un hijo a manos de la ley», apuntó Biden, quien contó lo que habló con la madre del fallecido.
«Imagínese tener que preocuparse si su hijo o hija volverá a casa después de caminar por la calle o jugar en el parque o simplemente conducir su automóvil. Nunca tuve que tener la conversación con mis hijos Beau, Hunter y Ashley, que tantas familias afroamericanas y latinas han tenido con sus hijos», dijo.
Por ello, añadió, hay que llegar a «un pacto» que permita una «igual protección ante la ley», que proporcione a las fuerzas del orden público «la capacitación que necesitan» y que permita responsabilizar a los oficiales «cuando violen la confianza del público». Porque, añadió, «lo que le sucedió a Tyre en Memphis sucede con demasiada frecuencia».
Entre el público también estaban, por invitación del Caucus Negro, los familiares de George Floyd y Michael Brown, cuyas muertes a manos de la Policía en 2020 y 2014, respectivamente, provocaron masivas protestas en todo el país.
Tras la muerte de Floyd, demócratas y republicanos negociaron durante meses para aprobar una gran reforma de la Policía, pero no lograron llegar a un acuerdo.
El acuerdo es ahora incluso más difícil porque los republicanos controlan la Cámara Baja y la mayor parte de esa bancada no está dispuesta a aprobar ninguna iniciativa que su base pueda percibir como perjudicial para la Policía.
También presenció el discurso Brandon Tsay, a quien Biden calificó como «un héroe de 26 años», un joven que hace dos semanas, durante las celebraciones del Año Nuevo Lunar, «escuchó cerrarse la puerta principal del estudio y vio a un hombre apuntándole con un arma».
«Pensó que iba a morir, pero luego pensó en las personas que estaban dentro. En ese instante, encontró el coraje para actuar y le quitó la pistola semiautomática a un hombre armado que ya había matado a 11 personas en otro estudio de baile», apuntó.
Él salvó vidas y «es hora de que hagamos lo mismo también», explicó el presidente, quien le pidió al Congreso que prohíba «las armas de asalto de una vez por todas».
«Lo hicimos antes. Dirigí la lucha para prohibirlos en 1994. En los 10 años que la prohibición fue ley, los tiroteos masivos disminuyeron. Después de que los republicanos dejaran que expirara, los tiroteos masivos se triplicaron. Terminemos el trabajo y prohibamos las armas de asalto nuevamente», destacó.
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