El periodista de The Associated Press (AP), Joshua Goodman, informó, por medio de su cuenta oficial de la red social Twitter, que «Los fiscales estadounidenses retiran los cargos contra el exlíder de las FARC Jesús Santrich, diciendo que murió en mayo de 2022″.
Goodman indicó además que, tras el retiro de los cardos en contra de Santrich «No importa que el gobierno de Colombia dijo que murió en un atentado con bomba en mayo de 2021».
US prosecutors drop charges on ex FARC leader Jesus Santrich, saying he died in May 2022.
(Never mind that Colombia's government said he was killed in a May 2021 bombing) pic.twitter.com/kQOTfdvTGm
— Joshua Goodman (@APjoshgoodman) November 10, 2022
El 10 de julio del año pasado, la revista Semana dio a conocer la que sería la prueba reina sobre la muerte de Santrich. Se trata de una fotografía que habría sido tomada minutos después de que el exguerrillero fuera abatido, presuntamente, por mercenarios o un comando armando que todavía no ha logrado ser identificado. Allí se puede observar el cuerpo envuelto entre prendas militares, una bufanda verde, y sangre en la cara producto de múltiples heridas.
Esta revista tomó la decisión editorial de publicar la fuerte imagen para ponerles fin a todas las especulaciones sobre la muerte de uno de los criminales que más daño le causó a la sociedad colombiana. Fuentes venezolanas del más alto nivel le entregaron el material fotográfico a SEMANA con todos los detalles de la operación de asalto que terminó con la vida de Seuxis Paucias Hernández Solarte, a sus 54 años, y después de más de tres décadas de carrera criminal en las filas de las Farc.
Santrich era buscado por las autoridades de Colombia por delitos como homicidio, terrorismo, secuestro extorsivo, entre otros, y era requerido en extradición por narcotráfico en una corte en Estados Unidos, señalado de participar en el envío de cargamentos de cocaína a ese país. Por los mismos hechos había sido capturado en Colombia en 2018, pero meses después quedó en libertad en medio de una inmensa polémica judicial y el descontento de las autoridades estadounidenses. Varios políticos apoyaron a este exjefe de las Farc en su momento y exigieron su libertad.
Santrich murió en una violenta emboscada el pasado 17 de mayo mientras se movilizaba en una camioneta por una trocha en territorio venezolano. Ese día, el vehículo fue atacado por hombres fuertemente armados con fusiles, granadas y otros explosivos, a tal punto que ni él ni sus seis escoltas tuvieron tiempo de reaccionar. Todo ocurrió en pocos segundos. La camioneta quedó destrozada y sus siete ocupantes murieron al instante.
La fuente venezolana le dijo a SEMANA que, días atrás, Santrich se había salvado de caer en otro ataque del mismo comando enemigo. En ese momento, cuando estaban listos para ingresar a su campamento, una llamada que recibió en su celular lo obligó a salir intempestivamente del sitio y frustró la operación en su contra. Esta habría sido la razón para que dicho comando armado cambiara de planes y decidiera emboscarlo en medio de uno de sus desplazamientos en un punto venezolano, cercano a la frontera con Colombia. El ataque fue de alta precisión y comprueba que a Santrich le seguían los pasos milimétricamente desde hace tiempo.
Cuando Santrich y sus escoltas estaban ya sin vida, los atacantes se acercaron al cadáver del exjefe de las Farc y le tomaron unas fotografías para probar que efectivamente estaba muerto y habían cumplido el objetivo. Desde que se conoció la noticia de Santrich, la opinión pública reclamaba una evidencia para comprobar esa muerte. Hoy dicha prueba ha salido a la luz. Ninguna autoridad ha identificado a los autores materiales de estos hechos. Lo cierto es que, tan pronto dieron muerte a Santrich y a su gente, los integrantes del comando desaparecieron con rapidez del lugar sin dejar ningún rastro.
Es real que los mercenarios, además de las fotos, también le cercenaron uno de los dedos a Santrich. Esta es una práctica muy común en los escuadrones de la muerte y en las vendettas entre mafiosos y narcotraficantes. Incluso, las propias disidencias de las Farc emitieron un comunicado, el 18 de mayo, confirmando no solo el fallecimiento, sino también el detalle del dedo. “Los asesinos le cercenaron el dedo meñique de su mano izquierda”, señalaron.
El ataque a Santrich ocurrió en Venezuela en medio del sospechoso silencio del régimen de Nicolás Maduro, que hasta ahora no se ha pronunciado formalmente sobre lo ocurrido. Maduro no ha confirmado ni ha negado que la muerte se haya producido en dicho país, pues eso lo pondría en aprietos para explicar algo que siempre ha tratado de ocultar: su permisividad, apoyo y complicidad con los grupos terroristas de las Farc y el ELN escondidos en esa nación y dedicados al narcotráfico.
La sorpresiva muerte de Santrich ocurrió, además, bajo el contexto de la brutal guerra que libran en territorio venezolano las disidencias de Gentil Duarte, Iván Mordisco e Iván Márquez por el control del negocio de la droga y el territorio. Con un ingrediente adicional: como lo denunció el detenido director de la ONG FundaRedes, Javier Tarazona, en entrevista con Paulo Laserna y Darío Fernando Patiño, las Fuerzas Militares venezolanas se aliaron con uno de los bandos.
Tarazona reveló que el 19 de septiembre de 2020, en un hecho nunca antes visto, el Ejército venezolano se unió con las disidencias de la Segunda Marquetalia de Márquez para atacar a las de Duarte. Tarazona fue detenido arbitrariamente el pasado 2 de julio por las fuerzas venezolanas, bajo cargos de terrorismo, justo cuando acudió a la Fiscalía, en el estado Falcón, para denunciar la persecución del régimen.
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