A fin del pasado año comenzó en toda la Unión Europea (UE) la vacunación contra la COVID-19. Las vacunas se están enviando a todos los estados miembros al mismo tiempo y en las mismas condiciones. Hasta la fecha, la UE ha otorgado autorizaciones condicionales de comercialización a dos vacunas contra la COVID-19 tras la evaluación positiva de la Agencia Europea de Medicamentos: la de BioNTech/Pfizer recibió la autorización el 21 de diciembre y la de Moderna recibió lo hizo el 6 de enero.
Además, la UE está aplicando toda la flexibilidad existente a fin de agilizar la aprobación de otras posibles vacunas para su uso en toda la UE. La autorización para el uso de las vacunas contra la COVID-19 en la UE solo se otorgará si las pruebas científicas demuestran que los beneficios que se obtienen son mayores que los riesgos asumidos.
Mientras estos pasos se aceleran, las mutaciones comenzaron a aparecer y la expansión de la nueva variante de coronavirus detectada en el Reino Unido preocupa a la región, donde varios países se preparan para hacerle frente aumentando las restricciones o alargando los confinamientos que ya tienen en marcha.
El Consejo Europeo anunció que el próximo día 21 de enero los líderes de los países de la Unión Europea (UE) celebrarán una reunión virtual para abordar la coordinación comunitaria en la pandemia de coronavirus.
La última vez que los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete, junto con el presidente del Consejo y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, abordaron personalmente la crisis de la COVID-19 fue en la cumbre europea de los pasados 10 y 11 de diciembre.
En las conclusiones adoptadas en aquel Consejo Europeo, los líderes de la UE se comprometieron a seguir reforzando la coordinación en la crisis sanitaria, y en concreto en lo relativo a la eventual retirada de restricciones.
Sin embargo, la situación sanitaria no ha mejorado desde entonces y en el último mes los indicadores sanitarios han empeorado rápidamente en la gran mayoría de los Estados miembros. Varios países debaten la ampliación de sus confinamientos e Italia ya anuncia la extensión de sus restricciones hasta abril, muchos ciudadanos del bloque comunitario se preguntan por qué la vacunación no avanza más rápido en Europa. Si bien su implementación depende de cada uno de los Estados miembros, que tienen que asumir la responsabilidad de los problemas logísticos, la adquisición central de la vacuna recae en la Comisión de la UE.
Esta acaba de ordenar otros 300 millones de dosis al líder actual del mercado, BioNTech/Pfizer, y tiene opciones para 2,3 mil millones de dosis de vacunas de una amplia variedad de fabricantes, la mayoría de las cuales deben administrarse dos veces. Pero la UE habría apostado, en parte, por los caballos equivocados, y la vacuna se está administrando muy lentamente.
Los cerrojos que vienen
Es el caso de Alemania, cuyo ministro de Sanidad, Jens Spahn, reconoció este miércoles que no será posible aliviar el cierre de la vida pública en ese país a fin de mes, tal lo previsto. En el país se da por hecho que las duras medidas para reducir contactos se prolongarán al menos durante febrero o marzo después de que la canciller, Angela Merkel, advirtiera que vienen entre ocho y diez semanas muy duras y que, si no se detener la expansión de la cepa británica, la incidencia se puede multiplicar por diez para Semana Santa.
Pero no es el único que propone acciones. Francia impone toque de queda a las 18:00 horas en todo el país. El primer ministro francés, Jean Castex, indicó en conferencia de prensa que “se aplicará durante al menos 15 días”. Si bien ya se aplicó a las 20 horas, hasta ahora solo 25 distritos administrativos o departamentos en riesgo lo habían adelantado a las 18:00 horas, y la región de París no se encontraba entre ellos.
Los ministros de Salud de la Unión Europea también expresaron su “preocupación” ante el aumento de contagios de la nueva variante del virus, durante el encuentro virtual que mantuvieron los responsables de Sanidad de los veintisiete. “Ya estamos viendo un impacto significativo en varios países europeos -dijo la comisaria de Salud, Stella Kyriakides tras la reunió-. No podemos confiarnos ni dejar que se nos vaya de las manos”.
Ha pedido un esfuerzo a los Estados miembros para que aceleren sus campañas de vacunación contra la COVID-19, al tiempo que ha advertido de que si los países firman contratos de compra de vacunas al margen de la UE estarían debilitando la estrategia europea al respecto. “Es importante que podamos avanzar lo más rápido posible en este enorme ejercicio de vacunación, y todos los países tienen que poner esfuerzos en ello”, ha expresado la chipriota Kyriakides.
La nueva cepa añade presión a la carrera contra reloj de la vacunación, que en muchos estados miembros, entre ellos España, Francia y Alemania, ha empezado con cierta lentitud. Este último asegura que en verano habrá vacunado a toda su población, según repitió ayer el ministro de Sanidad en el Parlamento. Mientras tanto, los próximos meses van a ser complicados en el continente. Jean Castex, el primer ministro francés, reconoció el lunes que no se puede descartar un tercer confinamiento.
Portugal vuelva al confinamiento: cierra todo el comercio no esencial y la hotelería. La ministra de Salud de Portugal, Marta Temido, prevé que las medidas tengan que alargarse hasta mediados de febrero, aunque los colegios permanecerán abiertos y estarán permitidas las ceremonias religiosas, a diferencia del confinamiento de marzo y abril.
Italia también tiene previsto extender su estado de emergencia hasta finales de abril, según el ministro de Sanidad, Roberto Speranza. El martes fue el primer ministro holandés, Mark Rutte, quien anunció que su país también prolonga su confinamiento, que incluye el cierre de las escuelas y de los comercios no esenciales, al menos durante tres semanas más.
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