El senador Marco Rubio se encuentra en una racha ganadora en su relación con Donald Trump. Su logro más reciente es la nominación de su amigo Mauricio Claver Carone a la presidencia del BID. Antes fue quien promovió a Carlos Trujillo como embajador de Estados Unidos en la OEA. Y más atrás en el tiempo se encargó de que Elliott Abrams fuera el encargado del Departamento de Estado para los temas ligados a Nicolás Maduro. El próximo objetivo es, sin dudas, el más explosivo: conseguir que Donald Trump apruebe una invasión a Venezuela antes de la elección presidencial.
Por Milton Merlo (Ciudad de México) –www.lapoliticaonline.com
Integrantes del War Room republicano convocados para operar el voto latino comentan desde hace poco que, al menos en dos reuniones, Rubio se expresó en favor de una acción militar en Sudamérica para, de ese modo, asegurar los votos de La Florida en el Colegio Electoral en noviembre.
El inconveniente de Rubio es que sus dos grandes aliados con acceso permanente al Salón Oval, Mike Pence y Mike Pompeo, rechazan por completo una invasión a Venezuela y por eso John Bolton tuvo que dejar el cargo de consejero de Seguridad.
Ese estado, habitualmente republicano, ahora se encuentra muy disputado con los demócratas y el senador insiste en que la invasión garantiza los 29 votos en el Colegio Electoral. Son votos clave especialmente si los republicanos perdieran además los 38 de Texas.
Septiembre va a ser determinante porque si los republicanos mejoran en Florida esa petición permanente del senador se eclipsa y pierde intensidad. Pero si el escenario es el contrario, Rubio presionará directamente sobre Trump.
Rubio tiene cada vez más contacto con el presidente y es su informante en todo lo referido a Latinoamérica, algo que observan en la Cancillería mexicana. De hecho, una ventaja que tiene Marcelo Ebrard es que al senador no le interesa demasiado México. Sus prioridades son Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Prueba de ello es que la embajadora en Washington Martha Bárcena intentó conocer a Rubio en múltiples ocasiones. Nunca lo pudo lograr.
En la visita de Andrés Manuel López Obrador a Washington el tema Venezuela no se tocó aunque así lo pretendía Pompeo. El staff de Trump bloqueó ese diálogo para evitar cualquier clima de tensión. Es entendible: recientemente el Pentágono retiró 9500 soldados de Alemania y en las Fuerza Armadas mexicanas se cree, y así se lo han dicho a López Obrador, que el destino de esa capacidad militar se encuentra en América Latina.
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