El expresidente Donald Trump decidió no testificar en su juicio por falsificación de registros contables en Nueva York, que este martes concluyó su etapa de testimonios y se aproxima a un veredicto.
AFP
Después de unas cinco semanas, 19 testimonios, cientos de documentos y hasta declaraciones de contenido sexual explícito, el primer juicio penal contra un expresidente de Estados Unidos se acerca a su fin.
«Creo que se ha montado un gran caso… debería ser descartado incluso antes de llegar a un veredicto», dijo Trump afuera de la corte este martes.
«Es muy triste. Pero la buena noticia es que no han probado el caso. No hay delito», añadió el republicano, quien aspira a volver a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre.
El juez Juan Merchan anunció que a partir de la próxima semana se dará paso a los alegatos finales y comenzará la deliberación de los jurados.
«El martes (próximo) escucharán los alegatos» de la defensa y de la fiscalía, «y espero que comiencen a deliberar» al día siguiente, dijo Merchan a los jurados.
El jurado debe decidir si Trump es culpable, más allá de toda duda razonable, de 34 falsificaciones contables relacionadas con el pago de 130.000 dólares a la exactriz porno Stormy Daniels, para comprar su silencio y evitar un posible escándalo sexual al final de la campaña presidencial de 2016.
La actriz, cuyo nombre real es Stephanie Clifford, asegura haber mantenido una relación sexual con Trump en 2006, cuando él ya estaba casado con su actual esposa Melania. Donald Trump lo niega.
Antes de que comenzara el juicio, el 15 de abril, Trump, de 77 años, había asegurado que testificaría para «decir la verdad». Pero finalmente no lo hizo, como predijeron muchos expertos, probablemente para evitar un contrainterrogatorio despiadado de la fiscalía.
– Veredicto por unanimidad –
Aunque el juicio no está siendo transmitido en vivo por TV debido a la ley neoyorquina, el inminente veredicto representa un momento delicado para Trump, que enfrentará nuevamente al demócrata Joe Biden en las urnas en menos de seis meses.
La decisión del jurado debe ser unánime, tanto para absolverlo como para condenarlo, de lo contrario el juicio es anulado.
Si fuera condenado, Trump aún podría postularse a la presidencia.
Los interrogatorios acabaron este martes con el segundo testigo de la defensa, el abogado Robert Costello, un veterano de los tribunales que la víspera cuestionó la versión del principal acusador, el exabogado personal y hombre de confianza de Trump, Michael Cohen.
Costello, que había empezado a declarar el lunes, hizo salir de sus casillas al juez Merchan, por lo que fue amonestado y llamado al orden.
«Tenemos un juez que es extremamente… digamos complicado, pero también en conflicto», dijo Trump el martes.
– Testigo clave y contenido sexual explícito –
A lo largo del proceso, los abogados de Trump han buscado desacreditar al exabogado Cohen, retratándolo como un exempleado despechado que busca venganza.
Cohen incriminó directamente a su antiguo jefe, afirmando que él se hizo cargo del pago a Daniels y Trump aprobó su reembolso.
Para la acusación, la cuestión central es que se camufló esa transferencia como «gastos legales» en las cuentas de la Organización Trump.
La defensa del expresidente, por su parte, hizo hincapié en el historial Cohen, quien fue condenado a tres años de cárcel en 2018 por mentir al Congreso y fraude electoral y fiscal por este caso.
El juicio intercaló momentos más técnicos y otros más efervescentes, sobre todo con el testimonio de la exactriz porno Daniels, que contó con lujo de detalles el supuesto encuentro sexual con el mandatario, revelando desde la ropa que llevaba, la posición sexual y que no usó preservativo.
Otro testigo cuya versión coincide con la de Cohen fue la de David Pecker, el otrora editor de tabloides que aseguró haber trabajado con Trump y Cohen para suprimir la cobertura negativa del aspirante a la Casa Blanca durante su primera campaña y comprar el silencio de otros denunciantes.
Trump sostiene que el proceso tiene un cariz político y se quejó en varias ocasiones de que la obligación de comparecer a las audiencias en la corte de Nueva York le está impidiendo hacer campaña.
No me «permiten hacer nada de política, porque he estado sentado en una sala fría y oscura (del tribunal) las últimas cuatro semanas. Es muy injusto», afirmó a periodistas el lunes.
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