El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, inició el viernes por la noche las celebraciones del 4 de julio en el monte Rushmore, en Dakota del Sur, diciéndole a la multitud que a sus hijos “se les enseña en la escuela a odiar a su propio país” e insistiendo en que lo que él llamó un “asalto radical de la izquierda” debe ser detenido para preservar el estilo de vida estadounidense.
Por Patsy Widakuswara | VOA
Trump también advirtió a la multitud de que las manifestaciones contra la desigualdad racial que se han extendido por todo el país a raíz de la muerte de George Floyd, el pasado 25 de mayo, cuando estaba bajo custodia policial en Minneapolis, amenazan los cimientos del gobierno estadounidense.
Los fuegos artificiales explotaban sobre el Monumento Nacional Monte Rushmore durante el evento en honor al Día de la Independencia que fue presidido por el mandatario.
Trump anunció que su administración está trabajando en la creación un Jardín Nacional de Héroes Americanos, que rendiría homenaje a “los estadounidenses más grandes que jamás hayan existido”.
Trump no usó una mascarilla durante su comparecencia, a pesar de que el país está experimentando un fuerte incremento de brotes de coronavirus. La mayoría de los asistentes tampoco las usaba, ni hubo ningún intento por su parte de mantener las distancias para evitar posibles contagios.
Las autoridades sanitarias están preocupadas de que el evento de Dakota del Sur pueda terminar siendo un gran propagador del virus.
El presidente habló sobre cada uno de los cuatro presidentes cuyo rostro está esculpido en la ladera del monte Rushmore: George Washington, Thomas Jefferson, Abraham Lincoln y Theodore Roosevelt.
El presidente solo refirió la faceta patriótica estándar de cada uno de ellos, sin mención alguna de los aspectos más complejos de sus vidas. Tampoco mencionó que la montaña es sagrada para los nativos americanos que consideran que el sitio fue profanado debido a las tallas.
Trump afirmó que el creciente movimiento de justicia social en el país “en verdad demolería tanto la justicia como la sociedad” y abordó la construcción del muro fronterizo con México, mención que fue recibida con una ovación por parte de los asistentes.
Después de su discurso, hubo un espectáculo de fuegos artificiales, el primero que se lleva a cabo en el monte Rushmore en unos diez años.
Algunos políticos, ambientalistas y activistas se habían opuesto a esta exhibición debido a las condiciones secas que rodean el sitio. La congresista demócrata Deb Haaland, de ascendencia nativoamericana, dijo que los fuegos artificiales podrían representar una amenaza para lo que llamó un “área frágil” y para los bomberos, si se iniciara un incendio forestal.
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