Los rescatistas recibieron luz verde el domingo para seguir buscando a las víctimas de un derrumbe en el sur de Florida, después de que los equipos de demolición colocaran explosivos para echar abajo el resto de la estructura.
La demolición se produjo “exactamente como estaba previsto” en torno a las 22:30 del domingo, según indicó la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava.
Algunos de los nuevos escombros se retiraron de inmediato para que los rescatistas pudieran empezar a avanzar hacia zonas del estacionamiento subterráneo que son de especial interés.
Una vez allí, esperan tener una imagen más clara de los huecos que pueda haber en los escombros y donde podrían estar algunas de las 121 personas que se cree quedaron atrapadas por el derrumbe de la torre sur Champlain en Surfside el 24 de junio y que todavía permanecerían entre los bloques de concreto.
Nadie ha sido rescatado con vida desde las primeras horas tras el siniestro. La policía del condado Miami-Dade identificó el domingo a David Epstein, de 58 años, como uno de los 24 fallecidos documentados en el derrumbe. Sus restos se recuperaron el viernes.
La cercanía de la tormenta tropical Elsa había añadido urgencia a los planes de demolición, ya que las previsiones apuntaban a fuertes vientos en la zona para el lunes. Se temía que la estructura dañada pudiera caer, lo que suponía un peligro para los rescatistas y les impedía trabajar en algunas zonas. Parte del edificio restante se desplazó el jueves, lo que obligó a suspender los trabajos durante 15 horas.
Entre los desaparecidos figuran decenas de latinoamericanos originarios de Argentina, Colombia, Chile, Paraguay y Uruguay.
Levine señaló en tanto que “derribar el edificio de manera controlada” era “fundamental para expandir” la operación de búsqueda, ya que los equipos no habían podido profundizarla más debido al riesgo de derrumbes.
La demolición
Las autoridades estatales dijeron que contrataron al Grupo BG, un contratista general con sede en Delray Beach, Florida, para que dirigiera la demolición. No se conocieron detalles sobre cómo se seleccionó a la empresa, pero un contrato para el proyecto prevé que el estado pague a la compañía 935.000 dólares.
Un vocero de la División de Gestión de Emergencias del estado dijo que la empresa subcontrató a Controlled Demolition Inc. con sede en Maryland, que, según los expertos, es una de las pocas empresas de Estados Unidos que demuelen estructuras con explosivos. La empresa debía colocar explosivos en los niveles del sótano y del vestíbulo de la estructura aún en pie, según el contrato para el trabajo.
CDI es “probablemente una de las mejores” del sector, dijo Steve Schwartz, miembro de la junta directiva de la Asociación Nacional de Demolición. Describió al presidente y propietario de la empresa, Mark Loizeaux, como una persona “fría, tranquila y calmada”.
En las implosiones -el uso de explosivos para que un edificio caiga sobre sí mismo-, las cargas suelen activarse en rápida sucesión en cuestión de segundos, dijo Scott Homrich, que dirige la Asociación Nacional de Demolición y tiene su propia empresa de demolición en Detroit, Michigan. La activación de los explosivos a intervalos sirve para romper el edificio al mismo tiempo que se derrumba.
Algunos residentes habían suplicado poder volver a sus casas por última vez antes de la demolición para recuperar las pertenencias que habían dejado con prisas, pero se les negó. Otros se preguntaban por las mascotas que habían quedado atrás, aunque los funcionarios dijeron que no habían encontrado señales de animales después de hacer tres barridos finales, incluyendo el uso de drones para espiar la estructura abandonada.
Levine Cava dijo que los funcionarios han estado explicando sus decisiones con los supervivientes desde el comienzo de las labores de búsqueda y rescate.
“Entendemos que las familias se dan cuenta del hecho de que el tiempo ha pasado, se dan cuenta de que las posibilidades son cada vez menores”, dijo en “Today”. “Están con nosotros, saben lo que hemos estado haciendo en cada momento”.
La alcaldesa también dijo que los equipos están trabajando para salvar los objetos personales que puedan. “Les hemos pedido que vayan catalogando todas sus preciadas pertenencias para que, en cuanto se recuperen, podamos hacer un cotejo”.
El presidente Joe Biden visitó la escena el jueves, se reunió con familiares de las víctimas, que improvisaron un memorial sobre una malla de metal cubierta de fotos de los muertos y desaparecidos y decorada con flores y velas.
Aunque se planteó la hipótesis de una falla en el mantenimiento del edificio, no se tiene aún una respuesta clara sobre la causa del derrumbe. “No tenemos pruebas sólidas de lo que sucedió”, dijo Biden el jueves, y señaló que existen “una serie de interrogantes”. Entre ellas, mencionó el mantenimiento y la estructura del edificio, las obras de construcción cercanas y la crecida de las aguas.
Un informe de 2018 publicado por funcionarios de la ciudad reveló temores de “daños estructurales importantes” en el complejo, desde la losa de concreto debajo de la plataforma de la piscina hasta columnas y vigas en el estacionamiento.
(Con información de AP y AFP)
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