Un estudio realizado por la reconocida publicación inglesa The Economist analiza las cifras de muertes por COVID-19 dadas a conocer por las autoridades y las muertes reales por el virus en diferentes lugares del mundo, entre ellos México.
“En la mayoría de las ciudades, el número de exceso de mortalidad es mayor que el número de muertes por COVID-19 registradas oficialmente por los gobiernos en el mismo periodo”, señaló el medio.
Para estimar los decesos, tomó los registros de muertes ocurridas en años previos y los comparó con los de 2020. Así determinó datos de países europeos. Luego, realizó el análisis de América. “Ni Brasil ni México publican cifras nacionales sobre el exceso de muertes, pero los datos de algunas ciudades importantes muestran un patrón similar”.
Tomó los datos, en particular de la Ciudad de México para incluir al país en el estudio. Entre el 5 de abril y el 8 de agosto, en la capital se registraron 9,388 muertes por COVID-19. En realidad, el “exceso de muertes” en ese periodo, dice The Economist, es de 29,097.
En la gráfica anterior, las líneas representan el exceso de muertes y el área sombreada representa la cantidad de muertes atribuidas oficialmente al coronavirus por el gobierno.
Indicó que esta metodología se basa en tomar el número de personas que mueren por cualquier causa en una región y lapso determinados y luego compararlo con el promedio histórico reciente, medida conocida como “exceso de muertes”.
Refiere que la Organización Mundial de la Salud define el “exceso de muertes” como “mortalidad superior a la esperada en función de la tasa de mortalidad no crítica en la población de interés. Por tanto, el exceso de mortalidad es la mortalidad atribuible a las condiciones de crisis”
Asimismo, de acuerdo con el medio, las pocas pruebas realizadas a víctimas de COVID-19 dificultan conocer la cifra real y muestran que el número de muertes por el virus es mucho mayor al reportado oficialmente.
La firma inglesa especificó que hay tres causas principales por las que los datos no suelen ser exactos:
1. Las estadísticas oficiales en muchos sitios excluyen a las víctimas que no dieron positivo por coronavirus antes de fallecer.
2. Los hospitales y los registros civiles pueden no procesar los certificados de defunción durante varios días, o incluso semanas, lo que genera un retraso en la información.
“Los hospitales y los registros civiles pueden no procesar los certificados de defunción durante varios días, o incluso semanas, lo que genera retrasos en los datos”
3. “La pandemia ha dificultado que los médicos traten otras afecciones y han disuadido a las personas de ir al hospital provocando, indirectamente un aumento en las muertes por enfermedades distintas del COVID-19”.
El informe más reciente de las autoridades federales estiman que hay 63,819 víctimas fatales por la nueva enfermedad; en las últimas 24 horas 673 nuevos fallecimientos.
Además, José Luis Alomía, director de Epidemiología, señaló que las defunciones cerraron de la semana 32 a la 33 con una disminución que se mantiene desde la semana 30 con -34%.
En ese sentido, la Ciudad de México, el Estado de México, Veracruz, Puebla y Baja California son las cinco entidades en las que se ha registrado el mayor número de defunciones y que en conjunto representan casi la mitad (44.9%) de todas las del país.
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