De nada sirvieron los miles de millones de dólares invertidos por Estados Unidos para entrenar y equipar a las Fuerzas Armadas afganas que pierden batalla tras batalla frente a los talibanes, dejando en sus manos un formidable arsenal que fortalece aún más a las milicias insurgentes.
En internet, los sitios talibanes difunden videos que muestran a los milicianos apoderándose de cargamentos de armas, en su mayoría proporcionadas por las potencias occidentales.
Otros videos recogen la rendición de soldados afganos en Kunduz, ciudad del noreste, con vehículos blindados lanzacohetes.
Cuando los soldados estadounidenses comenzaron a retirarse de Afganistán, las fuerzas de seguridad afganas casi dejaron de combatir y a medida que se intensificaba la ofensiva de los talibanes miles de soldados entregaron las armas sin oponer mayor resistencia.
“Hemos proporcionado a nuestros socios afganos todas las herramientas, permítanme enfatizar esto, todas las herramientas” para luchar contra los talibanes, dijo el presidente estadounidense Joe Biden en julio, al defender la decisión de retirar las últimas tropas del país y dejar que los afganos lucharan por su futuro.
A medida en que avanzan hacia Kabul, los talibanes se apoderan de las “herramientas”.
En la ciudad occidental de Farah, los insurgentes patrullan las calles en un vehículo identificado con un águila que muerde a una serpiente, la insignia oficial de los servicios de inteligencia afganos.
En su retirada, las tropas estadounidenses se llevaron los armamentos “sofisticados”, pero los talibanes recuperaron “vehículos, vehículos todoterreno, armas livianas y municiones”, explica a la AFP Justine Fleischner, de la ONG Conflict Armament Research (CAR).
– “Un botín inesperado” –
Para los expertos, este botín inesperado ayudó mucho a los talibanes, que además cuentan con el suministro de armas de Pakistán, acusado de financiar y armar a los insurgentes.
El armamento capturado ayudará a los talibanes a atacar Kabul y, también, a “reforzar su autoridad” en las ciudades que conquistaron, estima Raffaello Pantucci, experto de la Escuela de Estudios Internacionales S. Rajaratnam de Singapur.
Tras la partida de las tropas extranjeras, los talibanes se encontraron con las manos llenas de armas y equipos estadounidenses, sin tener que gastar un centavo para adquirirlo.
“Es increíblemente grave. Definitivamente será una gran ayuda para ellos”, agrega Pantucci.
Unas semanas antes del 20 aniversario de los atentados suicidas con aviones del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, este arsenal es exhibido con orgullo por los talibanes, que siguen, según la ONU, manteniendo estrechos vínculos con Al Qaida, el grupo responsable de la destrucción de las torres gemelas de Nueva York y el ataque contra el Pentágono.
Estados Unidos daba por descontado que los insurgentes iban a apoderarse de armamento, pero la rápida caída de las ciudades concretó la hipótesis más pesimista, explicó a la AFP Jason Amerine, exmiembro de las fuerzas especiales estadounidenses, que participó en la invasión de Afganistán que en 2001 expulsó a los talibanes del poder.
“Estados Unidos equipó al ANA (el Ejército Nacional Afgano) bajo el supuesto de que las armas y el equipo podrían caer en manos de los talibanes”, dijo Armine.
“La crisis actual es el peor escenario de los que se estudiaron en el momento de tomar la decisión”, agregó.
– Propaganda –
En Kunduz, un video muestra a un talibán sentado en una motocicleta roja observando un helicóptero militar no tripulado en una pista de aterrizaje.
Sin embargo, los talibanes no podrán usar este helicóptero, afirma a la AFP Aki Peritz, ex analista antiterrorista de la CIA. “Será sólo con fines de propaganda”, dice, Peritz.
Las armas livianas y los vehículos, que facilitarán el movimiento de las tropas, serán mucho más útiles en el terreno irregular de Kunduz.
A pesar de que el ejército afgano se encuentra al borde del colapso, el gobierno estadounidense indicó que seguirá equipándolo.
El ejercito de Estados Unidos ve, impotente, como se repite la historia. Lo que sucede en Afganistán recuerda lo que sucedió en Irak, cuando a mediados de 2014 el grupo yihadista Estado Islámico (EI) conquistó la ciudad de Mosul, apoderándose de armas y de vehículos militares Humvees.
Al igual que los combatientes del EI en Mosul, los milicianos talibanes posan sonrientes con las municiones capturadas al enemigo en la ciudades conquistadas.
La retirada de las tropas de Estados Unidos “se está convirtiendo en una derrota”, constata Peritz.
AFP
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