El gobierno suizo anunció este miércoles que quiere prolongar hasta fines de febrero las medidas restrictivas para combatir la propagación del Covid-19, frente a una situación que continúa siendo “tensa”.
“Reunido en sesión extraordinaria, el Consejo Federal (gobierno) abordó este asunto y convino tomar una decisión el 13 de enero, tras consultar con los cantones”, indicó en un comunicado.
El gobierno también quiere inquirir a los cantones sobre un posible endurecimiento de las medidas, tales como la obligación de trabajar desde casa, el cierre de comercios y restricciones suplementarias a las reuniones y eventos privados.
“La situación no es buena, realmente es mala”, declaró el ministro de Salud, Alain Berset, en conferencia de prensa, explicando que la epidemia “no disminuye y se mantiene en un nivel muy elevado”.
Al igual que durante la primera ola de la pandemia, Suiza no ha impuesto el confinamiento, pero ha cerrado restaurantes, establecimientos culturales e instalaciones deportivas y de ocio. No obstante, las escuelas permanecen abiertas, a diferencia del cierre en la primera ola.
Estas medidas, decididas el 18 de diciembre, debían finalizar el 22 de enero, pero el gobierno propone prolongarlas cinco semanas, hasta finales de febrero, subrayando que “desde ya es previsible que el número de casos no disminuirá de manera significativa y sostenible en las próximas semanas”.
El gobierno también decidió este miércoles que las mismas reglas básicas deben ser aplicadas en toda Suiza. Por lo tanto, los cantones ya no podrán flexibilizar los cierres de diversos locales en caso de revelarse una situación epidemiológica favorable.
Suiza sufrió una primera ola relativamente moderada si se compara con la virulencia con la que la pandemia afectó a sus vecinos europeos, pero desde el otoño (boreal) el país ha experimentado una propagación del virus muy fuerte.
Desde hace semanas, el país alpino, con 8,6 millones de habitantes, ha registrado más de 4.000 nuevas infecciones por día y alrededor de 100 decesos cotidianos. Este país, donde la vacunación comenzó a fines de 2020, ha registrado un total de 7.400 muertes provocadas por el Covid-19.
El gobierno considera que las cifras actuales reflejan mal la situación epidemiológica real.
“Aunque el número de casos ha disminuido levemente en los últimos días, el número de test realizadas ha sido, no obstante, significativamente menor que antes de las fiestas”, destacó en el comunicado.
Además, teme también que la aparición de nuevas cepas más contagiosas eleve la probabilidad de un rebrote de la pandemia.
AFP
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