Las autoridades suecas prolongaron hoy varias restricciones contra la pandemia de coronavirus y alertaron de que aunque continúa la caída del contagio, la situación todavía es grave y el riesgo de una tercera ola es elevado.
«La situación en Suecia continúa siendo muy grave. La pandemia no se ha acabado, debemos aguantar un poco más. La inseguridad es grande, sobre todo por las nuevas mutaciones. Si no estamos alertas, puede cambiar rápidamente», dijo en rueda de prensa el primer ministro socialdemócrata, Stefan Löfven.
En términos similares se expresó en otra comparecencia posterior el epidemiólogo jefe de la Agencia de Salud Pública (FHM), Anders Tegnell, quien señaló que Suecia se encuentra aún en fase «crítica», desde el punto de vista del contagio y del sistema sanitario.
«Hay una evolución positiva, pero la caída se ha frenado en un nivel alto. Lo esencial es que hay un alto riesgo de una tercera ola», afirmó Tegnell, quien aseguró que la clave es reducir al máximo los contactos sociales.
El Gobierno sueco prolongó una semana más, hasta el día 14, la prohibición de servir alcohol en restaurantes y bares después de las 20 horas, aunque planea que continúe todo el mes, y extendió hasta finales de mayo la recomendación de trabajar desde casa.
Durante la comparecencia del Ejecutivo sueco se informó también de los preparativos de nuevas restricciones para el transporte público y de la posibilidad de cerrar tiendas y gimnasios, de acuerdo con la nueva ley epidémica temporal aprobada el mes pasado.
«Nos preparamos para una situación en la que necesitemos adoptar medidas más restrictivas en una eventual tercera ola», afirmó la ministra de Asuntos Sociales, Lena Hallengren.
SUECIA SUPERA LOS 12.000 MUERTOS
Suecia registró 3.758 nuevos contagios (584.674 en total) y 89 muertes (12.028 en total) en las últimas 24 horas, mientras la incidencia en los últimos 14 días se situó en 404 casos por 100.000 habitantes, informó la FHM.
El número de pacientes hospitalizados por covid-19 cayó un 20 % en la última semana, mientras que el de los ingresados en UCI se mantiene al mismo nivel, con una capacidad libre en cuidados intensivos del 20 %.
Tras apostar por muchas recomendaciones y alguna prohibición en la primera ola, Suecia dio un giro a su estrategia en noviembre, con un papel más intervencionista del Gobierno y más restricciones, aunque no ha cerrado la actividad económica como otros países.
Entre esas medidas figuran limitar a ocho el número de personas en reuniones públicas, restringir la actividad de restaurantes y bares, cerrar institutos y universidades y recomendar por primera vez usar las mascarillas en hora punta en transporte público.
La tasa de mortalidad por covid-19 es de 116,02 por cada 100.000 habitantes, tres veces más que Dinamarca y diez que Finlandia y Noruega, aunque por debajo de países como Bélgica, Reino Unido, Italia, España y Portugal. EFE
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