Un hombre confiado y pendiente de todos los detalles. Así es cómo el periodista Jesús Esquivel recuerda que el icónico narcotraficante mexicano Joaquín “el Chapo” Guzmán se comportó durante las 38 audiencias públicas de su juicio en Nueva York, excepto un día, el de la sentencia. Así lo reseña Infobae.
“Fue la única vez que lo vi angustiado e inquieto; sabía lo que se le venía encima”, relata este sábado en entrevista con Efe el periodista mexicano y corresponsal de la revista Proceso, quien presenció los más de tres meses de juicio en el tribunal federal en Brooklyn.
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Esquivel, quien acaba de publicar “El Juicio”(Grijalbo), un exhaustivo relato del proceso judicial contra el Chapo, recuerda que hasta ese momento este capo, oriundo del noroccidental estado de Sinaloa, siempre expresó “tranquilidad y hasta cierta confianza”. “En su cabeza cabía la posibilidad que podía recibir una sentencia menos severa” que la cadena perpetua a la que fue condenado, explica.
Por eso, el Chapo estaba atento a todo lo que ocurría a su alrededor, escuchaba a los testigos, tomaba notas y sugería a sus abogados qué cuestionar en los interrogatorios. Pero todo eso cambió el pasado 12 de febrero cuando el jurado popular anunció que tenía un veredicto. El rostro del Chapo cambió como si ya supiera que lo iban a declarar culpable de 10 cargos como responsable del cártel de Sinaloa, uno de los más poderosos del mundo, por los que pasará el resto de su vida en prisión.
“No puso atención ni a la fiscalía ni a sus abogados. Solo veía a su esposa, Emma Coronel, porque podía ser la última vez que la veía en persona”, relata Esquivel, quien recuerda que el Chapo aprovechó su alegato final para “desahogarse” y reclamar al juez que no hubo justicia.
Aquella misma noche fue enviado a la prisión de máxima seguridad de Florence, en Colorado,donde están cumpliendo condena algunos exmiembros del grupo terrorista Al Qaeda.
El pasado 17 de julio, el juez Brian Cogan condenó al Chapo a cadena perpetua. Esquivel cuenta que los abogados ya lo habían instruido “sobre las condiciones a las que iba a pasar el resto de su vida”- sin poder recibir casi ninguna visita, con pocos minutos de sol al día y sin conocer a sus vecinos de celda.
Durante todo el juicio, criminales y narcotraficantes como el Vicentillo, el Licenciado, “el Rey” Zambada o Chupeta traicionaron al Chapo y lo delataron para poder mitigar sus condenas.
Para el reportero mexicano, Estados Unidos mostró “una cara descarada” puesto que la justicia optó por alcanzar acuerdos de cooperación y “perdonar a criminales de verdad, incluso más peligrosos que el Chapo, para dar un castigo ejemplar a Guzmán”.
A esos narcotraficantes, que confesaron haber ordenado la ejecución de más de 300 personas o haber metido cientos de toneladas de cocaína en Estados Unidos, “les dijeron que si se seguían portando bien podrían salir pronto” de la cárcel, relata Esquivel.
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Pero si una figura se llevó gran parte de los focos durante el juicio fue Emma Coronel, de 30 años, a quien “la veías disfrutar el momento en que salía de la Corte a la calle donde los camarógrafos la esperaban”. “Había fascinación de algunos medios de comunicación (…) querían corroborar el estereotipo de una mujer joven, operada, con dinero”, expresa el reportero sobre los estereotipos que tienen las esposas de los narcotraficantes a raíz de las narconovelas.
En cambio, dentro de la audiencia, Coronel permanecía seria, apenas miraba a los testigos que declaraban en contra del Chapo y “respondía a los gestos y saludos que le hacía su marido”.
Consumada la caída del Chapo, ¿qué ha implicado para el narcotráfico en México? Esquivel lo tiene claro- “nada”. “Si te das cuenta, el proceso judicial y la sentencia te demuestran que era una falacia lo que decía Estados Unidos de que (el Chapo) era el verdadero jefe del narcotráfico de Sinaloa, el narcotraficante más poderoso de México y del mundo“, expresa.
Según el reportero, el narcotráfico “sigue sin perder el cauce que lleva y cada vez entra más droga en Estados Unidos”, lo que demuestra que el Chapo era “uno de tantos”. “El Rey ha muerto, viva el Rey. El Chapo ya tiene su reemplazo”, concluye.
Con información de Infobae.