Actualmente, Estados Unidos, a través del Departamento de Estado, ha estado atacando con sanciones económicas, financieras y comerciales contra gobiernos de izquierda que se han aliado a enemigos estadounidenses como Irán.
Por PRIMER INFORME
El primer caso es el de Cuba, el incómodo vecino estadounidense ha recibido la última de las sanciones estadounidenses esta semana buscando que el régimen comunista cubano no pueda seguir generando ingresos por turismo.
El foco de la administración Trump está en buscar la máxima presión contra Irán y una gran competencia de poder con China. Pero su campaña de presión contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, un trío de gobiernos latinoamericanos de izquierda, también se ha acelerado en las últimas semanas.
Las sanciones contra Cuba, anunciadas el miércoles, prohibirán a los turistas estadounidenses hacer negocios con seis entidades turísticas diferentes, propiedad del gobierno cubano, como el banco cubano FINCIMEX.
«Estas siete subentidades benefician desproporcionadamente a la dictadura de Castro, un régimen que utiliza las ganancias de estos negocios para oprimir al pueblo cubano y financiar su interferencia en Venezuela, a expensas del pueblo cubano o de la empresa privada en Cuba», dijo Mike Pompeo.
«El pueblo cubano merece un gobierno democrático, libertad de expresión y religión, prosperidad económica y respeto por los Derechos Humanos», agregó el Secretario de Estado.
El pasado martes, Pompeo había revelado sanciones contra cuatro compañías diferentes que estaban ayudando a exportar petróleo venezolano. Hace dos semanas, el Departamento de Estado también atacó al principal comandante del Ejército y ministro de Finanzas de nicaragua con sanciones de Derechos Humanos.
El Secretario de Estado también ha tratado de evitar que Cuba alquile sus médicos a países europeos afectados por el coronavirus, de la misma forma como ha estado trabajando para que el régimen madurista no cambie el oro del Banco Central de Venezuela, por gasolina iraní.
Trump ha dejado claro que su gobierno espera debilitar a los tres estados, a los que el ex asesor de seguridad nacional John Bolton se refirió como la «troika de la tiranía», el «triángulo del terror» y «los tres chiflados del socialismo», durante un discurso en 2018.
La presidencia actual ha revertido la política diplomática de Obama hacia Cuba, degradando las relaciones diplomáticas que se habían establecido en 2015 por primera vez, desde inicios de la Guerra Fría.
Pompeo fue el motor para que Cuba fuera devuelta a la lista de países que no cooperaron con los esfuerzos antiterroristas de los Estados Unidos el mes pasado, lo que podría significar que Cuba vuelva a ser designado como un país patrocinador estatal del terrorismo próximamente.
Con respecto a Nicaragua, el Congreso y la administración Trump impusieron sanciones al gobierno de Daniel Ortega en apoyo a un movimiento de protestas que han buscado tambalear la estabilidad del régimen sandinista desde 2018.
Pero la política más ambiciosa de la administración Trump ha sido en Venezuela, donde Estados Unidos ha extendido ayuda y reconocimiento al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, para derrocar a Nicolás Maduro, quien ejerce ilegítimamente el poder.
«Deseamos desesperadamente devolver a Venezuela a su democracia y dejar que florezca de la manera que sabemos puede volver a florecer», dijo Pompeo en el Show de Ben Shapiro el mes pasado.
«Nuestro conjunto de misiones es claro. El presidente Trump ha dado una guía real para presionar a Maduro y que él y los cubanos se vayan, y cuando lo logremos, restauraremos la democracia allí», dice Pompeo, resumiendo la meta que quiere alcanzar esta administración estadounidense para finalizar con las tiranías socialistas y comunistas que azotan sin piedad el continente latinoamericano.
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.