El presidente de Chile, Sebastián Piñera, anunció este martes un paquete de ayudas por un valor de 7.000 millones de dólares que permitirán ampliar las transferencias directas a las familias durante dos meses más y financiar un nuevo subsidio al empleo para encarar la pandemia.
Se trata de una extensión del denominado «Ingreso Familiar de Emergencia Universal» (IFE Universal), una ayuda que llega de forma directa al 90 % de los hogares y que en principio solo estaba vigente hasta septiembre.
«La situación de la economía está mejorando muy significativamente (…) pero estamos plenamente conscientes de que a pesar de esto la pandemia sigue generando carencias», expresó el presidente.
Esta apoyo beneficiará a más de 14,8 millones de personas de los 19 millones de habitantes del país, agregó, quedando excluidos el 10 % de los hogares de mayores rentas, aquellos con ingresos superiores a los 800.000 pesos (unos 1.100 dólares) por persona.
El beneficio varía en función de los integrantes de la unidad familiar: para los hogares unipersonales, es de 177.000 pesos (unos 242 dólares, el equivalente a la línea de pobreza), mientras que para familias de 4 individuos será de 467.000 pesos (unos 640 dólares).
Además, se creará un «IFE Laboral», un subsidio mensual para los trabajadores que encuentren un empleo formal durante este año 2021 y que se sumará a las remuneraciones que ellos obtengan, con un tope de 200.000 pesos para los hombres y de 250.000 pesos para las mujeres (sobre 250 y 320 dólares respectivamente).
«Nuestra meta es crear 500.000 nuevos empleos formales durante este año y con eso estaríamos dando un gran paso adelante», añadió Piñera.
Estos 7.000 millones de dólares adicionales, que deberán aprobarse en el Parlamento, se suman a los 34.290 millones de dólares ya comprometidos por el Gobierno para hacer frente a la crisis actual.
EVITAR MÁS RETIROS DE PENSIONES
El anuncio se produjo en la víspera de que el Congreso inicie la discusión de un nuevo retiro de los fondos de pensiones, una iniciativa a la que el Ejecutivo se opone frontalmente y que permitiría a los chilenos sustraer, por cuarta vez desde el inicio de la pandemia, el 10 % de sus ahorros previsionales.
El aumento de las ayudas es visto por la derecha oficialista como una vía para evitar que avance en el Parlamento un nuevo retiro, que algunos defienden como la única manera que tiene la clase media para capear la crisis económica actual.
El izquierdista Marcos Ilabaca, que preside la comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, en la que mañana se iniciará el debate del cuarto retiro, aclaró que esta iniciativa no estará condicionada a la extensión del IFE.
Cada vez más voces, especialmente entre los expertos, señalan que los retiros son una mala política económica que dejará sin ahorros futuros a muchos contribuyentes y también que es una medida parlamentaria «oportunista» para ganar votos de cara a los comicios de noviembre.
Entre los tres aprobados hasta la fecha, las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), empresas privadas que gestionan los fondos, han desembolsado más de 50.000 millones de dólares.
La pandemia, que deja más 1,6 millones de contagios y provocó en 2020 una caída del PIB del 5,8 %, se repliega en el país después de una segunda ola que obligó a decretar extensas cuarentenas y supuso el fin para miles negocios que habían logrado sobrevivir a los anteriores encierros. EFE
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