La preocupación de las autoridades españolas crece al mismo ritmo que aumenta el número de contagios diarios de coronavirus, que se ha multiplicado por siete desde que terminó el estado de alarma, cuando se reanudaron los desplazamientos masivos de personas y se intensificaron las relaciones sociales y la actividad económica. El 21 de junio pasado, el ministerio de Sanidad notifició 141 casos nuevos en una jornada.
Por Infobae
Ese día terminó la emergencia, que duró más de tres meses, con fronteras cerradas y fuertes limitaciones de la actividad socioeconómica para contener la epidemia. Sin embargo, el Gobierno informó de 971 positivos nuevos este jueves (un 33% más que la víspera), con 281 brotes activos repartidos por todo el país y 3.200 casos asociados.
Las circunstancias obligaron a aislamientos selectivos de población y restricciones de movimiento y actividad en comarcas y localidades concretas de regiones como Aragón y Cataluña (noreste), pero también de Navarra (norte) y Murcia (sureste). Las autoridades regionales generalizan las pruebas de diagnóstico y se suceden los rastreos para tratar de romper las cadenas de transmisión, algunas de ellas de tipo comunitario.
Buena parte tienen origen en reuniones familiares y en concentraciones de personas, sobre todo de jóvenes. Por eso, las fiestas y los locales de ocio nocturno están en la mira. Esta actividad tuvo que ser restringida o prohibida temporalmente en varios lugares, y en los próximos días se sumarán otros.
“Hay muchos brotes que se están detectando en locales de ocio nocturno. Nos preocupan estos ámbitos porque son más difíciles de controlar y rastrear. Volvemos a llamar a la responsabilidad”, afirmó días atrás la doctora María José Sierra, del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias.
En Cataluña, donde están muchos de los focos de contagio, las autoridades regionales mantienen prohibidos festivales y actividades artísticas, con teatros y cines cerrados, para intentar contener la propagación de la enfermedad. El viernes pasado, el Gobierno catalán estableció medidas particularmente severas en Barcelona: prohibió los encuentros públicos o privados de más de 10 personas, redujo a la mitad el aforo en bares y restaurantes, y suspendió la apertura de los establecimientos de ocio nocturno.
Este lunes se sumó la región de Murcia, en la vecina Comunidad Valenciana. El gobierno local dio un primer paso al anunciar la prohibición de abrir los locales de ocio nocturno y limitar las reuniones a un máximo de 15 personas.
Por su parte, la Comunidad de Madrid anunció que tomará la semana que viene nuevas medidas preventivas para evitar contagios, que versarán sobre todo en limitar reuniones de personas y mayor control sobre el ocio nocturno. El Gobierno regional estudia iniciativas que eviten aglomeraciones de personas con la opción de limitar el número de personas que acuden a las terrazas, dijo en declaraciones a Onda Madrid el viceconsejero de Salud Pública y Plan Covid-19, Antonio Zapatero.
“Estamos viendo que una situación que evidentemente puede condicionar casos son las agrupaciones de personas y por eso, a lo mejor, hay que plantearse limitar el número de personas en terrazas y limitar reuniones”, dijo Zapatero. “En ese sentido, la Comunidad de Madrid va a tomar nuevas medidas seguro, alguna a partir de la semana que viene”.
Madrid no ha ampliado el uso obligatorio más generalizado de la mascarilla, que ahora se exige solo cuando no se puede mantener distancia social. Su empleo está muy extendido, como ha recogido el propio Ministerio de Sanidad al reconocer que es la región en la que más se usa. Pero el viceconsejero de Salud Pública ha asegurado que Madrid puede reconsiderar su decisión en función de cómo evolucione la pandemia.
Con información de EFE y Europa Press
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