Los republicanos reforzaron este lunes su presión contra el presidente estadounidense, Joe Biden, con la publicación del informe de sus investigaciones en su contra y los argumentos con los que quieren someterlo a juicio político (‘impeachment’) por «abuso de poder» y «obstrucción a la Justicia».
El documento, de 291 páginas, se hizo público después de que el mandatario anunciara en julio que no se presentará a la reelección y el mismo día en que los demócratas inician en Chicago la convención en la que la vicepresidenta, Kamala Harris, aceptará su propia candidatura de cara a las elecciones del 5 de noviembre.
Los conservadores formalizaron el comienzo de las pesquisas contra Bien hace unos ocho meses y su investigación ha estado encabezada por el Comité Judicial de la Cámara de Representantes, el de Vigilancia y Rendición de Cuentas y el de Medios y Arbitrios.
En línea con lo avanzado desde entonces, el documento considera que hay pruebas suficientes para demostrar que Biden participó en una «conspiración» para aprovecharse de su cargo para enriquecer a su familia.
En concreto, la oposición le acusa de haber utilizado sus influencias cuando era vicepresidente de Estados Unidos en el Gobierno de Barack Obama (2009-2017) para ayudar a su hijo Hunter y a otros familiares en unos supuestos negocios irregulares con «enemigos» del país.
En su opinión, también hay pruebas de los esfuerzos de la familia Biden para ocultar esa supuesta conspiración. Según alegan, los Biden lavaron fondos a través de entidades intermediarias y dividieron grandes transacciones en otras más pequeñas para que pasaran desapercibidas.
Los republicanos consideran que Biden incurrió en abuso de poder y obstrucción a la Justicia, dos cargos que según destacan son «impugnables». Son los mismos que los demócratas utilizaron en 2019 contra el expresidente y actual candidato republicano Donald Trump (2017-2021) para someterlo a un juicio político que este último superó.
En total, los comités dicen haber contabilizado más de 35 millones de dólares enviados a la familia Biden, a sus compañías y socios comerciales desde 2013. «Vendían influencia política y sus negocios incluían la ‘consultoría’ sin ser lobistas», dice el texto.
Los comités estimaron que la evidencia descubierta hasta la fecha constituye ya una conducta «impugnable» y señalaron que presentan su información a la Cámara de Representantes para que la evalúe y decida qué hacer al respecto.
La Cámara de Representantes, de mayoría republicana, es la que debe votar si presenta cargos contra el actual mandatario, pero la potestad de destituir al presidente del país recae en el Senado, donde los demócratas tienen actualmente el control y donde por tanto esa posibilidad se vislumbra remota.
Hasta ahora, no obstante, los republicanos no han conseguido los votos suficientes para someter a juicio político a Biden, y el presidente de ese hemiciclo, Mike Johnson, agradeció este lunes el trabajo efectuado por los comités y animó a los estadounidenses a leer el informe, pero no dio ninguna pista sobre los siguientes pasos a tomar.
Para Sharon Yang, portavoz de la Casa Blanca, lo único que han hecho los conservadores con estas pesquisas es desperdiciar tiempo y dinero de los contribuyentes. «Solo encontraron pruebas que refutaban sus teorías de conspiración falsas e infundadas», señaló en declaraciones recogidas por el digital Politico.
Los adelantos de la investigación que habían salido hasta ahora solo hacían mención a los Biden. Este informe, no obstante, cita a una veintena de veces a la Administración de Biden-Harris, afirmando por ejemplo que el Departamento de Justicia ha instruido a testigos clave para que no respondieran a sus preguntas. EFE
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