Esbirros del régimen de Daniel Ortega impidieron este jueves la salida del Palacio Episcopal del departamento de Matagalpa (norte) al obispo nicaragüense Rolando Álvarez, a seis sacerdotes y a seis laicos que se dirigían a ofrecer una eucaristía.
EFE
“He querido salir a la Catedral” (de Matagalpa) a ofrecer la Santa Misa, “pero obviamente las autoridades superiores no han dado permiso”, dijo el obispo Álvarez en una transmisión en la plataforma digital de la diócesis que dirige.
En las imágenes se observan a un grupo policías antidisturbios, con porras y escudos, bloqueando el paso de los religiosos.
“Nos encontramos seis sacerdotes y seis laicos que nos tienen encerrado en la Curia Episcopal”, continuó el obispo, uno de los más fuertes críticos de régimen de Daniel Ortega.
Álvarez avisó que permanecerán dentro del Palacio Episcopal “sin irrespetar a la policía, a los hermanos que tienen sus familias y que son nuestros amigos”.
“Voy a esperar que me permitan salir. Yo les mantendré informado. Bendiciones a todos”, anotó, mientras cerraban el portón eléctrico que da a la calle.
Más temprano, el alto jerarca pidió a la Policía Nacional que lo dejen oficiar la misa con sus feligreses dentro de una parroquia que se encuentra sitiada por agentes de las fuerzas de seguridad desde el miércoles, en medio de roces del Ejecutivo con la Iglesia católica.
Entonces el obispo salió del Palacio Episcopal, se puso de rodillas en la acera y elevó sus manos hacia el cielo, y recibió de un colaborador a Jesús Sacramentado y con el Santísimo se acercó a los oficiales, que se le retiraron, según la transmisión que hizo la diócesis de Matagalpa en redes sociales.
El religioso señaló a la Policía, que dirige Francisco Díaz, un consuegro del presidente Ortega, de no permitir la libre circulación, la libertad de movimiento, la libertad de expresión y la libertad religiosa, además de crear zozobra y agitar los “ánimos y la fe tan sencilla de nuestro pueblo fiel”.
“¡Queremos que nos dejen en paz!”, clamó el jerarca, que dijo no saber por qué la Policía llegaba “a estos extremos” de sitiar un templo.
VIGILADO Y TEME POR SU VIDA
Asimismo, denunció que a las misas que ofrece acuden “hermanos vestidos de civil queriéndonos investigar como si hacemos complot o confabulación, grabando las homilías, ¿para qué?”.
“¡Qué se termine esa situación de hostigamiento, de acoso!”, instó Álvarez, que más temprano intentó abrazar al jefe policial y a los agentes en señal de paz, sin que lo permitieran.
Luego advirtió: “Estoy en la Curia. En la noche me quedo solamente con mi Vicario General, cualquier cosa que me suceda, ya ustedes lo sabrán. Espero que no pase nada, espero que respeten mi vida, mi integridad y a la iglesia diocesana de Matagalpa”.
Con información de EFE
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