Las autoridades bielorrusas continuaron este miércoles la ofensiva contra los activistas de derechos humanos y periodistas independientes del país con registros en diversas organizaciones y detenciones de decenas de personas.
La policía llegó a primera hora de este miércoles a las casas de varios miembros de la conocida organización de derechos humanos Vesná y detuvo a cerca de una decena de personas.
Los empleados de Vesná -no registrada en Bielorrusia- desconocen también el paradero del histórico dirigente de la organización, Ales Beliatski, quien no responde a las llamadas tras recibir la visita policial.
Según la esposa del director adjunto del centro, Valentín Stefanovich, Alina, las órdenes judiciales esgrimidas por los policías para registrar la casa del activista, actualmente detenido, hacían mención a la «Organización de acciones que violan burdamente el orden público» y la «Evasión de impuestos».
Los policías también llevaron a cabo registros en otras organizaciones de derechos humanos, como el Comité Bielorruso de Helsinki, el centro de información legal Lawtrend y la organización Territorio de Derechos.
Las fuerzas del orden también asaltaron las oficinas del Frente Popular Bielorruso y el Movimiento Por los Derechos, echando abajo las puertas de los mencionados partidos al irrumpir en sus oficinas.
Simultáneamente, continuaron las diligencias policiales en la Asociación de Periodistas de Bielorrusia y el medio Imena.
También denunciaron registros y detenciones varias organizaciones apolíticas, como un centro de análisis de asuntos de género y una organización escolar.
Los registros y detenciones masivas de representantes de organizaciones públicas, políticos y periodistas comenzaron en Bielorrusia el pasado 8 de julio.
Según los servicios de seguridad bielorrusos, actualmente se está llevando a cabo en el país una operación de «limpieza» contra los radicales.
Las autoridades bielorrusas esperan que las purgas en las organizaciones públicas y los medios de comunicación generen apatía en la sociedad y pongan fin a la crisis política, dijo a Efe Katerina Shmatsina, experta del centro analítico BISS.
«Sin embargo, es poco probable que este cálculo se haga realidad, ya que la protesta bielorrusa pasa a la clandestinidad y persiste la necesidad de cambios cualitativos», agregó.
La experta considera que en el contexto de las reuniones de las fuerzas democráticas bielorrusas con los líderes mundiales, las autoridades buscan una respuesta «proporcional» a las sanciones occidentales.
El pasado 10 de abril, el ministro de Relaciones Exteriores, Vladímir Makéi, se refirió al tema y amenazó a Occidente con destruir la sociedad civil en Bielorrusia.
«Cualquier futuro endurecimiento de las sanciones conducirá a la destrucción de la sociedad civil», dijo Makéi al canal de televisión estatal Belarus 1.
La líder de la oposición, Svetlana Tijanóvskaya, condenó hoy la represión desatada contra las organizaciones y medios independientes bielorrusos y aseguró que se trata de una «venganza» del régimen bielorruso.
Según Tijanóvskaya, exiliada en el extranjero, durante muchos años las organizaciones de derechos humanos en Bielorrusia han estado haciendo tanto su trabajo como el de las autoridades.
«Y ahora el régimen se está vengando de forma impudente de aquellos sin los que su existencia llegará a su fin aún más rápido», escribió la opositora en Facebook. EFE
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