Álvaro Uribe Vélez, de 68 años, es el protagonista de la vida política de Colombia de las últimas dos décadas. No solo fue electo presidente sino reelecto; puso a Santos en la Presidencia; luego a Duque; lideró victorioso la campaña del ‘No’ en el plebiscito al acuerdo de paz con las Farc y, además de su situación jurídica, según le ha dicho a sus cercanos, ya está trabajando para la campaña del 2022.
Ha corrido mucha agua bajo el puente desde albores del año 2000 cuando iba solitario a contarle a los incrédulos que a las Farc no había que hacerle concesiones y que él era capaz de derrotarlos militarmente.
El país asistía a las negociaciones de paz de paz del presidente Pastrana que le concedió a las Farc 42 kilómetros cuadrados despejados de fuerza militar.
La privación de mi libertad me causa profunda tristeza por mi señora, por mi familia y por los colombianos que todavía creen que algo bueno he hecho por la Patria
Mientras que los hombres de Tirofijo se paseaban a sus anchas, de camuflado y poderosamente armados, la opinión creyó que la concesión era demasiada.
Uribe dijo que era una vergüenza y supo canalizar ese sentimiento de rechazo de buena parte de la sociedad para convertirse en una voz nacional.
En 1983, la guerrilla de las Farc había asesinado a su padre, hecho que marcó profundamente a la familia y que sirvió como catalizador para empezar a formar lo que sería la política de Seguridad Democrática para fortalecer a las Fuerzas Armadas en el combate del terrorismo.
Los diálogos se rompieron, en gran parte por el abuso de las Farc que habían tomado al Caguán como su centro de operaciones, y Uribe se catapultó como un líder que llegaría a la Casa de Nariño de un solo envión, en la primera vuelta.
Tras haber sido elegido en 2002, con el 53,1% de los votos, empezó a hablar de que cuatro años no eran suficiente para “matar a la culebra”, en referencia a la vigencia de la guerrilla, y se movió para cambiar la Constitución que prohibía la reelección.
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En noviembre del 2005, tras la aprobación del Congreso y la Corte Constitucional de la reelección, Uribe anunció que sería de nuevo candidato para las elecciones del 2006. Uribe ganó de nuevo en primera vuelta, con el 62,2 por ciento de los votos.
Continuaba así saboreado las mieles del éxito electoral si no que se sentía sólido con un respaldo de hasta 85 por ciento en las encuestas.
Durante su mandato puso en el Ministerio de Defensa a Juan Manuel Santos, quien con este aval lograría el triunfo de las presidenciales en 2010.
Santos tomó distancia de Uribe y este interpretó esa decisión como una traición. En 2014, Uribe se consolidó como el Presidente fundador del Partido Centro Democrático. Tras el distanciamiento con Santos, “por la incoherencia en las políticas adoptadas frente a las propuestas en campaña, Uribe empezó a liderar un movimiento político de oposición que se consolidó luego como el Partido Centro Democrático en 2014”.
Tras esto, oficializó una nueva candidatura al Senado de la República, como cabeza de la lista cerrada del Centro Democrático para las elecciones de marzo de 2014, tras lo cual fue el senador más votado. En esta lista Uribe puso a Iván Duque y lo convirtió así en congresista.
En el ámbito nacional, entonces Uribe decidió que su nuevo aspirante sería Óscar Iván Zuluaga quien estuvo a punto de ganar las elecciones. De hecho, ganó en la primera vuelta.
Para Uribe, la derrota se produjo porque su campaña fue infiltrada por un hacker que los perjudicó notablemente. Santos siguió en el poder con el propósito de sacar adelante su proceso de paz para lo cual convocó a un plebiscito.
Uribe se opuso y lideró la campaña por el ‘No’. No solo ganó, otra vez, sino que decidió que su candidato ahora sería Iván Duque. Y volvió a ganar.
Mientras que los procesos judiciales en su contra avanzaban, Uribe ya está pensando en el 2022.
“En el Centro Democrático seguiremos trabajando con toda intensidad. Es el momento para denunciar que estos sectores prochavistas de Colombia quieren llevar al país a lo que fue la Venezuela prechavista, aquella Venezuela que deslegitimó todas las instituciones, allá de pronto con razones, pero aquí sin razones, la cual le permitió a Chávez ganar y que aquí creen senador más votado. En esta lista Uribe puso a Iván Duque y lo convirtió así en congresista.
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