El Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) fue un pilar clave en la política migratoria estadounidense, beneficiando a miles de inmigrantes provenientes de países con crisis políticas, sociales o económicas. Sin embargo, el posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca amenaza con poner fin a estas protecciones, especialmente para venezolanos y cubanos, dejando a miles de familias en un limbo migratorio.
Este programa, instaurado en la década de 1990 por el expresidente —también republicano— George H. W. Bush, permite a los ciudadanos de países en condiciones inseguras vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos.
Qué implica el TPS y por qué es importante para los inmigrantes
El TPS se otorga a ciudadanos de naciones afectadas por conflictos armados, desastres naturales u otras crisis que hacen inseguro su retorno, según informa el Servicio de Inmigración y Ciudadanía de EE.UU. (Uscis, por sus siglas en inglés), en su sitio web oficial.
Esta designación, gestionada por el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. (DHS, por sus siglas en inglés), tiene una duración de entre seis y 18 meses, aunque puede renovarse si las condiciones lo justifican. Durante el mandato del presidente Joe Biden, las protecciones se ampliaron a 16 países, lo que benefició a más de 866 mil personas.
Para los migrantes venezolanos y cubanos, el TPS es una vía que les permite estabilizarse y trabajar legalmente mientras persiste la crisis en sus países. Sin esta protección, muchos tendrían que regresar a contextos de inseguridad y falta de oportunidades.
La promesa de Donald Trump sobre el TPS
Durante la campaña, Trump prometió una política migratoria más restrictiva en caso de llegar al poder. Durante su primer mandato, intentó eliminar el TPS para varios países, como El Salvador y Honduras, pero distintas demandas judiciales bloquearon temporalmente sus medidas. Ahora, con una mayoría conservadora en la Corte Suprema y un escenario más favorable en el Poder Judicial federal, su administración podría lograr su objetivo de revocar el programa.
“Por supuesto que lo revocaría”, afirmó Trump en una entrevista reciente con News Nation, y calificó al TPS como una amnistía disfrazada que facilita la permanencia indefinida de migrantes en EE.UU. En línea con esta visión, figuras clave de su equipo, como Stephen Miller, conocido por su enfoque radical en inmigración, podrían desempeñar roles decisivos en esta política, según The New York Times.
Cómo afectaría esta decisión a inmigrantes los venezolanos y cubanos
Los venezolanos constituyen el grupo más grande de beneficiarios del TPS, con alrededor de 350 mil personas protegidas debido a la crisis humanitaria que atraviesa su país. Para los cubanos, aunque representan un porcentaje menor, la designación del TPS les ha ofrecido una salida frente a la fuerte tensión económica y política en la isla caribeña.
Según The New York Times, si Trump logra eliminar el programa, los migrantes perderían su estatus legal y enfrentarían el riesgo de deportación. Esto implicaría separaciones familiares, ya que muchos beneficiarios tienen hijos nacidos en EE.UU.
En caso de concretarse esta iniciativa del presidente electo, los beneficiarios del TPS podrían enfrentar un camino legal incierto. Grupos pro-inmigrantes y organizaciones como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) se comprometieron a luchar contra cualquier intento de eliminar el programa.