El lunes pasado el mundo de la aviación recibió una dura noticia. El Antonov-225, famoso por haber sido el avión más grande del mundo, había sido destruido durante un enfrentamiento aéreo en el aeropuerto de Hostomel, en las inmediaciones de Kiev, entre helicópteros rusos y ucranianos.
El rumor de que el AN-225, conocido como Mriya -Sueño- había sido alcanzado por el fuego de los misiles ya estaba circulando, tal como lo anticipó este medio, pero la noticia fue confirmada por el Gobierno ucraniano a través de su cuenta oficial de Twitter, donde no sólo se comprometieron a reconstruirlo, sino que además afirmaron que seguirán luchando por el sueño de construir una Ucrania fuerte, libre y democrática.
Efectivamente el avión fue destruido por las fuerzas armadas rusas en una batalla entre helicópteros de ambos bandos que tuvo lugar sobre el aeropuerto de Hostomel, también conocido como Antonov Aiarport, en aquel momento, el Mriya estaba estacionado en su hangar, cuando el mismo fue alcanzado por las llamas. Si bien no se conocen detalles de los daños que sufrió, las autoridades ucranianas confirmaron que su reconstrucción tomará años.
Así lo confirmó y detalló Ukroboronprom, la empresa estatal ucraniana que está encargada del control de la producción industrial-militar que heredó Ucrania de la Unión Soviética (URSS). Los trabajos llevarán más de 5 años y la inversión necesaria deberá ser de aproximadamente 3 mil millones de dólares.
“Nuestra tarea es garantizar que estos costos sean cubiertos por la Federación Rusa, que ha causado daños intencionales a la aviación y al sector de carga aérea de Ucrania”, sentenciaron desde Ukroboronprom”.
¿Qué industrias se vieron afectadas por la pérdida del AN-225?
El Mirya fue producido durante los años ‘80 en la ex República Socialista Soviética de Ucrania cuando esta pertenecía a la URSS. El objetivo del proyecto era el de construir un avión capaz de transportar el transbordador espacial Burán desde Moscú hasta el sur de Kazajistán, y así fue como nació el AN-225, una aeronave que entró en la historia y en el imaginario de los amantes de la aviación.
Más allá de haber sido un avión capaz de transportar un transbordador espacial y todo otro tipo de aeronaves, como aviones jets, helicópteros y más piezas como turbinas y fuselajes; el AN-225 sirvió para distintas industrias a lo largo de su vida. Sin embargo, nadie podía abusar de sus servicios ya que, respondiendo a su gran tamaño, consumía una gran cantidad de combustible que hacía que su hora operativa costase cerca de USD 30.000.
El aparato era capaz de transportar piezas de hasta 200 toneladas. Uno de los récord que posee es el de haber viajado con el objeto más pesado del mundo jamás transportado en su interior, se trató de un generador eléctrico de casi 190 toneladas, destinado a una planta generadora de gas en Armenia.
Otra de las industrias que se benefició de los servicios del ‘Mriya’ fue la automotriz. El avión contaba con un sistema de racks diseñado por Antonov Airlines de dos pisos, y capaz de cargar 50 automóviles. Antiguamente la aerolínea que rentaba los servicios del AN-225 aseguraba en su sitio web que dependiendo de las dimensiones y el peso de los vehículos, estos podían conducirse en su interior.
No obstante, debido a los altos costos del AN-225, no era un avión de carga de los más utilizados del mundo, a menos que haya una tarea de dimensiones colosales, Mriya esperaba en su hangar de Hostomel para cuando se lo necesitase. En los últimos años, el avión más grande del mundo fue puesto en servicio principalmente para misiones humanitarias.
En 2010 participó de misiones humanitarias dirigidas a Haití, luego de que haya sufrido uno de los peores terremotos de su historia, en 2011 socorrió a Japón, tras el tsunami que golpeó brutalmente a la costa oriental del país; y recientemente participó de la crisis sanitaria mundial que sufre el mundo desde marzo de 2020. Fue en abril de aquel año, cuando partió desde Ucrania hasta China, para abastecer a Polonia con cerca de 7 millones de mascarillas descartables y diversos equipos médicos, cuando la pandemia recién comenzaba.
La destrucción del AN-225 en medio de la invasión rusa a Ucrania no sólo significa la pérdida de un símbolo de la aviación, sino que además varias industrias perdieron la posibilidad de transportar objetos de gran envergadura.
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