El presidente de Rusia, Vladímir Putin, prometió hoy a Bielorrusia que continuará ayudando al país para superar la crisis política y las sanciones impuestas por la Unión Europea (UE) por la violación sistemática de los derechos humanos y el desvío reciente de un avión de Ryanair.
«Continuaremos ofreciendo una ayuda abarcadora al hermano pueblo bielorruso en la actual compleja situación política interna de Bielorrusia», afirmó durante una sesión plenaria telemática del Foro de las Regiones de Rusia y Bielorrusia, dedicada a la cooperación científica y técnica.
Putin constató ante su homólogo bielorruso, Alexandr Lukashenko, que Bielorrusia es víctima de «una incesante presión política y de sanciones, además de esfuerzos persistentes para desestabilizar la situación desde el exterior» desde que estallaron las protestas antigubernamentales en agosto de 2020 por las fraudulentas elecciones presidenciales.
«Consideramos que la prohibición de suministrar a los países de la UE una serie de productos de Bielorrusia daña los intereses del empresariado y de la gente simple. Los que toman estas medidas debían haber pensado en eso», añadió.
El líder ruso destacó que las sanciones afectan no solo a los bielorrusos sino también a los europeos.
Por su parte, Lukashenko afirmó que su país está sometido a «una evidente presión económica y política», y buscó implicar a Moscú en las tensiones entre Bruselas y Minsk.
«Occidente tiene como objetivo contener el desarrollo, frustrar los procesos integradores (entre Bielorrusia y Rusia) y cambiar el curso del Estado bielorruso», declaró.
Según Lukashenko, se trata de una posición de fuerza por parte de Occidente que en realidad «solo son intentos de eliminar a la competencia económica y apropiarse de los recursos humanos y materiales de nuestros Estados».
Es por ello, señaló, que el fortalecimiento de la unidad y el incremento de la cooperación entre Minsk y Moscú «adquiere un significado especial».
«Propongo estudiar la posibilidad de preparar una estrategia a largo plazo de integración de la Unión Estatal, por ejemplo, hasta 2030, con proyectos concretos que tomen en consideración las prioridades claves y los vectores de desarrollo», dijo.
Rusia y Bielorrusia forman desde 1996 una Unión Estatal, pese a las periódicas diferencias entre ambos países sobre el precio de petróleo y el tránsito de mercancías por las fronteras, con un espacio económico común y sin aduanas.
«Soportaremos todos los ataques emprendidos contra nuestros Estados (…) aprovecharemos este momento para profundizar nuestra cooperación económica y lograr que nuestros Estados se vuelvan absolutamente independientes no solo desde el punto de vista de la economía», afirmó.
El régimen de Lukashenko debe hacer frente a las sanciones económicas que la UE impuso la semana pasada a Bielorrusia ante la escalada de las violaciones de los derechos humanos y de la represión violenta de la sociedad civil, la oposición democrática y la prensa.
Las sanciones, que responden también al aterrizaje forzado en Minsk el mes pasado de un avión de Ryanair para detener al periodista Román Protasevich y su acompañante, incluyen la restricción del comercio de productos del petróleo, potasa y bienes empleados en la fabricación de productos del tabaco.
Las nuevas medidas también se refieren a la prohibición de vender, suministrar, transferir o exportar, directa o indirectamente a nadie en Bielorrusia, equipos, tecnología o software que pueda utilizarse principalmente para el seguimiento o intercepción de comunicaciones por internet o por teléfono.
También se vetan los bienes y tecnologías de doble uso con fines militares para personas, entidades o cuerpos específicos en este país. EFE
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