Tras varios meses llenos de tensión dentro de la monarquía británica, en enero del 2020 el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle anunciaron su decisión de renunciar como miembros principales de la Familia Real para iniciar una nueva etapa en la que buscarían su independencia económica.
La decisión, que estuvo rodeada de polémicas y rumores, implicó que los Duques de Sussex renunciarían al título de Su Alteza Real y a sus nombramientos militares honorarios, dejarían de recibir financiamiento público y estuvo acompañada de su traslado a California, Estados Unidos, en un intento por preservar su salud mental ante las presiones que atravesaba su familia dentro del Reino Unido, explicaría posteriormente el príncipe Harry.
En aquel momento, la reina Isabel II pidió que se siga un “periodo de transición”, el mismo que se cumplió en el 2021, cuando un comunicado emitido desde el Palacio de Buckingham confirmó que la pareja no continuaría “con las responsabilidades y deberes que conlleva una vida de servicio público”.
Sin embargo, ambos seguirían “siendo miembros muy queridos de la familia”, agregaba el comunicado.
Tras el fallecimiento de Isabel II a los 96 años la lista de sucesión al trono británico se ha visto modificado, llevando a preguntarnos si la renuncia del príncipe Harry a sus obligaciones reales también lo excluía de la línea de sucesión al trono.
EN LA LÍNEA DE SUCESIÓN
Cuando los duques de Sussex anunciaron su decisión, Harry se encontraba en el sexto lugar dentro de la línea de sucesión a la corona.
La renuncia a sus obligaciones no implicaban su retiro de la lista, explicaba en febrero del 2020 una publicación en la página oficial de los duques.
Esto se debe a dos motivos: el parentesco directo con la monarca y el título nobiliario que mantuvo la pareja.
“Como nieto de Su Majestad y segundo hijo del Príncipe de Gales, el Príncipe Harry, Duque de Sussex, sigue siendo el sexto en la línea de sucesión al trono de la Monarquía Británica y el Orden de Precedencia no ha cambiado”, se explicaba en el sitio web.
La Declaración de Derechos de 1689 y la Ley de Establecimiento de 1701 establecieron que solo los descendientes de la princesa Sofia (1777 – 1848) que sean cristianos protestantes son elegibles para alcanzar el trono británico.
Este último punto se debe a que el monarca del Reino Unido es además la cabeza de la Iglesia Protestante Británica. En el 2013, sin embargo, se realizó una enmienda a la ley que permitía mantener en la línea a los herederos que se hayan casado con un católico y estableció la prevalencia por orden de nacimiento más allá del género del heredero. Antes de ello, un hijo hombre podía estar por encima de su hermana a pesar de que esta sea mayor.
Por otro lado, la línea se establece con base en el título nobiliario de los descendientes del monarca; por ello, la decisión de que Harry y Meghan mantengan el título de duques de Sussex otorgado por Isabel II en su matrimonio mantiene al príncipe en la línea de sucesión.
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