El príncipe Harry, duque de Sussex, afirmó en su autobiografía Spare -que saldrá a la venta en los próximos días- que mató a 25 talibanes mientras se desempeñaba como piloto de helicóptero durante la guerra en Afganistán. La admisión forma parte de una larga serie de confesiones que realizó en el explosivo libro que no sólo despertó la ira de la realeza británica sino también de las fuerzas militares.
Harry, que sirvió en el Ejército durante diez años, ascendiendo al rango de capitán, relata que no pensaba en esos 25 talibanes como “personas”, sino como “piezas de ajedrez” de un tablero, según informó el diario The Telegraph que logró un anticipo del libro que promete ser un boom de ventas.
Sin embargo, la revelación de su récord militar provocó una catarata de críticas por considerarse una imprudencia en alguien público que puede llegar a ser un objetivo de extremistas en todo el mundo. El ex comandante de la Marina Real Ben McBean instó al Duque a “callarse”, y es uno de los tantos veteranos de Afganistán que dijeron que el príncipe había roto una “regla no escrita” al revelar las bajas producidas.
“Ya tiene una gran diana en la espalda y puede que haya crecido un poco más. Pero está en Estados Unidos, tiene seguridad… aquí en el Reino Unido podrían pensar que no podemos llegar a Harry, pero podríamos ir a sus antiguos cuarteles. … siempre eres un objetivo de todos modos, pero creo que exacerbar las cosas y sacar números no ayuda realmente”, dijo McBean en declaraciones reproducidas por The DailyMail.
Por su parte, el coronel retirado Richard Kemp calificó los comentarios de Harry de “desacertados” y advirtió de que podían haber comprometido su seguridad y provocar la venganza de los terroristas. Kemp, quien fuera enviado a Kabul en 2003 para asumir el mando de las fuerzas en Afganistán, declaró a BBC: “Creo que se equivoca cuando dice en su libro que los insurgentes eran vistos prácticamente como no humanos -subhumanos quizás-, sólo como piezas de ajedrez que había que derribar”.
“Ese no es el caso en absoluto. Esa no es la forma en que el Ejército Británico entrena a la gente como él afirma… Así que creo que está dando una impresión equivocada cuando hace ese tipo de comentarios – esa no es la forma en que el Ejército Británico ve las cosas”, refutó Kemp.
Pero además, Kemp fustigó a Harry por el riesgo de seguridad que podrían significar sus palabras: “No sólo ha ido demasiado lejos al hablar de esto en términos de sí mismo, sino que puede tener repercusiones para otros. Como miembro de la Familia Real tiene que aceptar ser una especie de embajador del Reino Unido, por lo que sus comentarios pueden afectar a la seguridad de sus antiguos camaradas en operaciones en el extranjero…”.
El príncipe Harry fue a Afganistán dos veces bajo un estricto secreto para no ser blanco particular de los talibanes, que de saber que estaba en su tierra podrían haber intentado llegar a él, lo que hubiera significado un riesgo mayúsculo para las tropas británicas. Finalmente debió volver al Reino Unido cuando se supo de su presencia en Medio Oriente, pero regresó al combate en 2012 a Camp Bastion, en la provincia de Helmand, entrenado para pilotar helicópteros Apache.
Spare, el libro del escándalo
En el libro, titulado Spare (repuesto, en inglés), el duque también narra una discusión que tuvo con el príncipe William en su casa londinense en 2019 en el marco de su boda con Meghan Markle. El príncipe afirma que su hermano llamó a su esposa “grosera” y “difícil”, apelativos utilizados frecuentemente por la prensa amarilla en el Reino Unido.
Tras esto, Harry asegura que la discusión se acaloró hasta que William lo agarró del cuello y lo tiró al suelo. El príncipe asegura en su autobiografía que su hermano no estaba siendo “racional” y le acusa de actuar como el “heredero” de la Corona británica, según recogió el diario The Guardian.
Sobre el supuesto altercado de 2019, Harry resalta que antes de decírselo a su esposa, que se mostró “triste” por lo sucedido, se lo contó a su terapeuta. Las peleas familiares llegaron hasta tal punto que el rey Carlos III suplicó a sus hijos que tuviesen una tregua tras el funeral del príncipe Felipe, duque de Edimburgo.
La autobiografía revela detalles filtrados como las súplicas a Carlos III por parte de su hijo para que no se casara con la reina ‘consorte’, Camila.
El resentimiento de Harry por ser el “repuesto” es el tema unificador de su libro, a través de capítulos sobre su infancia, su educación, su carrera como miembro de la realeza y en el Ejército británico, su relación con sus padres y hermano y su vida con Meghan, señala The Guardian.
El título del libro proviene de un viejo dicho en los círculos reales y la aristocracia británica, que dice que el primer hijo es heredero de títulos, poder y fortuna, pero que el segundo es un repuesto, en caso de que algo le suceda al primogénito.
Al principio del libro, el príncipe Harry cuenta la historia de cómo su padre, Carlos III, supuestamente le dijo a su esposa, la princesa Diana, el día de su nacimiento: “¡Maravilloso! Ahora me has dado un heredero y un repuesto, mi trabajo está hecho”.
Además del libro, los duques de Sussex revelaron recientemente su difícil relación con la familia real británica en un documental divulgado en la plataforma Netflix.
Los duques decidieron apartarse de la Casa Real a principios de 2020 para ser financieramente independiente. La pareja vive en California con sus dos hijos, Archie, de 3 años, y Lilibet, de un año y medio.
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