El período entre noviembre y marzo es el de mayor cantidad de incendios en el campo. Y actualmente, según un informe elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en el país hay más de 7 millones de hectáreas en alerta por incendios. Son el doble de lo proyectado el año pasado y se encuentran en el sudoeste de Buenos Aires, La Pampa y Rio Negro.
Teniendo en cuenta que en esta oportunidad el clima profundiza el riesgo, los motivos que provocan una mayor área en riesgo de incendios, según los especialistas, son las altas temperaturas, el déficit hídrico y acumulación de material vegetal. Es por eso que se brindan recomendaciones a los productores en prácticas de manejo y de prevención.
En el recorrido que realizó el informe del INTA sobre las diferentes zonas afectadas por las proyecciones, en La Pampa, Pablo Vázquez, especialista en gestión ambiental y recursos naturales del INTA Anguil, dijo que la Provincia pasó de tener 2 millones de hectáreas con riesgo entre moderado y severo a 4,6 millones de hectáreas.
“Esto se debe a que las lluvias invernales demostraron que los pastizales, si bien están afectados por la sequía, respondieron muy bien a la lluvia, sobre todo en las zonas de difícil acceso para el ganado, como son las zonas muy arbustizadas o muy alejadas de las fuentes de agua. A esto debemos agregarle que hay cerca de 3 millones de hectáreas que no se han incendiado en más de 10 años”, aseguró el especialista.
Buenos Aires y Río Negro
En lo que respecta a Buenos Aires, Alejandro Pezzola, especialista en sistemas de información geográfica del INTA Hilario Ascasubi, sostuvo: “Para el sur del distrito bonaerense se estima que hay 1,4 millones de hectáreas en riesgo. El año pasado no hubo grandes incendios, por lo que quedó mucha materia seca chica en suelo. Las lluvias ocurridas entre julio y fines de septiembre favorecieron el brote de los pastizales y pasturas de alto desarrollo que ocupan un total de 1,1 millones de hectáreas en el sudoeste bonaerense. A su vez, en Río Negro se estiman otras 1,1 millones de hectáreas que dan una totalidad de más de 7 millones de hectáreas en alerta, el doble de lo estimado el año pasado”.
Por su parte, Daniela Echevarría – investigadora en el área de Teledetección y Silvopastoril del INTA Valle Inferior, Río Negro– indicó que “en el Este de Río Negro se observa en su mayoría situaciones de baja acumulación de combustible fino, a causa de la escasez de lluvias oportunas y el consecuente mayor pastoreo relativo de los campos. Sin embargo, existen también sitios donde la acumulación es alarmante y con potencialidad de inicio de focos de incendios”.
Vázquez y Pezzola coincidieron en que los riesgos de incendios “son mayores a los del año pasado”, y señalaron que los productores deberán tener muy en cuenta las recomendaciones para prevenir los mismos, y teniendo en cuenta que hay dificultades para contar con recursos humanos y equipos para combatir la problemática, a partir de que existen focos de incendios en 11 provincias.
Recomendaciones
Entre las recomendaciones que realizaron los integrantes del equipo de investigación del INTA, “es fundamental llevar adelante un buen manejo del campo para reducir el riesgo de registrar focos de incendios durante la época estival. En este sentido destacaron la importancia de realizar tareas de prevención que consisten en mantener limpias de material combustible las picadas cortafuego, alambrados e instalaciones”.
Además, para la prevención de los incendios “se recomienda hacer un adecuado manejo del pastoreo y rotación de cultivos en zonas susceptibles de incendio, como así también realizar quemas preventivas controladas en los momentos adecuados durante el año. Las aguadas tienen que estar lo más limpias posibles y ser de una superficie adecuada a la cantidad de hacienda del productor, ya que constituyen un posible refugio para los animales en caso de peligro”.
A su vez, desde el INTA comentaron: “Es imprescindible mantener alambrados, cortafuegos, picadas e instalaciones libres de vegetación, tarea que puede realizarse con arado o rastra de discos en una franja de ocho metros a cada lado del alambrado en los potreros con vegetación baja y de 20 metros en los campos con monte. Asimismo, coordinar con municipios y vialidad provincial-nacional el mantenimiento de las banquinas de rutas”.
Además, es de suma importancia para los productores “no dejar materiales inflamables expuestos a altas temperaturas como leña, papel, pintura y/o combustibles, como así también mantener los accesos despejados y tanques australianos llenos de agua”.
Por último, y en relación al interior del establecimiento rural, las recomendaciones del INTA son que los productores mantengan los márgenes de alambrados libre de vegetación. Además, cuando se realicen quemas de potreros, deberán avisar con 72 horas de antelación a los cuarteles de bomberos más cercanos para una buena planificación y tener muy presente los parámetros de temperatura, humedad y viento para realizar quema controlada, para lo cual es importante consultar los pronósticos climáticos.
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