España dedica un 1,24% de su Producto Interior Bruto (PIB) a la ciencia, frente al 1,40% que dedicaba en 2010, al 2% del promedio europeo, al 2,1% de China y al 3% de países como Alemania, Japón y EE UU. La financiación pública española es escasa y por problemas burocráticos se reparte con meses de retraso, asfixiando a miles de grupos de investigación.
Por EL PAÍS
Las plazas escasean y el sistema repele a los científicos brillantes en vez de atraerlos. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha presentado este jueves “un plan de choque” con más de 1.000 millones de euros en dos años para reforzar este enfermizo sistema español de ciencia e innovación. “España no puede seguir dando la espalda a la ciencia”, ha declarado en un acto con científicos y sin periodistas en el palacio de la Moncloa.
El plan de choque incluye tres ejes ya anunciados el 30 de junio por el ministro Pedro Duque: más recursos para la investigación biosanitaria y en salud pública frente a la pandemia, la transformación del sistema de ciencia para mejorar las condiciones en las que trabajan los científicos y el impulso a la I+D+I empresarial. El plan, de 31 páginas, recuerda que, entre 2010 y 2017, la inversión en ciencia en España cayó un 5,9%, mientras se incrementaba un 27% de media en la UE, un 31% en Alemania y hasta un 99% en China. “Es una inversión a largo plazo que en España nunca se ha tomado lo suficientemente en serio”, afirma el documento.
El primer eje busca fortalecer la investigación y la innovación en salud principalmente a través de la movilización de recursos para el Instituto de Salud Carlos III, el principal organismo público de financiación de la ciencia biomédica en España. El segundo eje promete “una reforma legal para reducir la precariedad e inestabilidad laboral del personal científico joven”, mediante el establecimiento de un sistema de entrada basado en contrataciones estables sujetas a evaluación externa. En la actualidad abundan los grupos como el que dirige Ana Cuenda en el Centro Nacional de Biotecnología (CSIC), dedicado a investigar los mecanismos del cáncer y las enfermedades inflamatorias. “Somos 10 personas y solo yo tengo plaza permanente. Los demás tienen un contrato temporal”, denunció hace un par de semanas.
“España no puede seguir dando la espalda a la ciencia”, ha proclamado Sánchez
El tercer eje, de impulso a la I+D+I empresarial, pretende duplicar en tres años las ayudas a este sector a través del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), con medidas específicas para la automoción y la aeronáutica.
Las 17 medidas del plan de choque suponen compromisos de inversión en 2020 y 2021 de 1.056 millones de euros en ayudas directas al sistema de ciencia e innovación, tanto público como privado. Casi 400 millones se movilizarán a lo largo de 2020 y el resto en 2021, según ha detallado Sánchez. A esta inversión se sumarán otros 508 millones de euros en préstamos en condiciones ventajosas a empresas innovadoras, según el documento.
“Es un plan de choque y como tal no tiene una estrategia clara ni unos objetivos, sino que más bien suma una serie de partidas que en algunos casos son para tapar agujeros y en otros para responder a necesidades extraordinarias”, opina Jorge Barrero, director general de la fundación Cotec, dedicada a la promoción de la innovación. “La clave es este año, porque no es lo mismo prometer presupuestos para el año que viene, que están pendientes de una negociación entre grupos políticos y que dependen en último término del Congreso y el Senado, que comprometer recursos este año en el marco del actual presupuesto, que eso sí es una decisión del Gobierno”, añade Barrero.
“La clave es si esos 400 millones de euros que se anuncian —y que algunos ya son ejecutados y ya se habían anunciado antes— verdaderamente corresponden a dinero nuevo y por tanto a un aumento real de los recursos”, subraya el director general de Cotec. Un portavoz del Ministerio de Ciencia afirma que será “dinero nuevo” con un crédito extraordinario y más endeudamiento.
«Todo esto es necesario, pero no es suficiente si no hay unos presupuestos”, opina la física Perla Wahnón
“Todo esto es necesario, pero no es suficiente si no hay unos presupuestos. Por ahora siguen siendo de los más bajos de Europa”, lamenta la física Perla Wahnón, presidenta de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), que agrupa a 82 asociaciones. Wahnón pide una “financiación continuada y sostenida” de la ciencia en todos sus ámbitos, no solo de la rama biosanitaria. “La ciencia no se puede improvisar y no es un lujo en tiempo de crisis. Es una inversión de futuro”, señala.
El bioquímico Luis Serrano, director del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona, aplaude “el apoyo explícito del presidente del Gobierno” a la ciencia y la innovación. “Todo suena muy bien, ahora solo falta ver la realidad. Muchas veces nos han dicho que se van a ocupar de la ciencia y luego, a la hora de la verdad, hay poco”, añade Serrano, también presidente de la alianza Somma de centros científicos de élite. “La realidad la conoceremos en unos meses”.
Otro de los problemas del sector público estatal español en los últimos años ha sido la falta de ejecución del presupuesto disponible para I+D+I. Muchos anuncios han sido humo. En 2019 solo se ejecutó el 51% del presupuesto, 3.360 millones de euros, según los datos de la Intervención General del Estado analizados por la fundación Cotec. El presupuesto no ejecutado se concentró en la partida de créditos. El Gobierno de Pedro Sánchez no ha podido aprobar ningún presupuesto propio desde su llegada al poder, pero el Ministerio de Ciencia defiende que, pese a estas dificultades, en 2019 se ejecutaron 125 millones de euros más que en 2018 en capítulos no financieros, por lo que se invirtió más en I+D+I con los mismos Presupuestos Generales del Estado.
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