Un enfoque más agresivo en algunos aspectos podría lograr más resultados que la idea ingenua de creer que por reiniciar la relación con Moscú, Rusia será más amable.
Nicu Popescu l El Confidencial
El pragmatismo es una herramienta geopolítica muy útil. El envenenamiento de Alexei Navalni el año pasado y su encarcelamiento este año ha provocado que las relaciones entre Rusia y la UE y Estados Unidos alcancen nuevos mínimos. Sin embargo, tanto Washington como las capitales europeas siguen pensando en nuevas formas de lograr una buena relación con Rusia.
Y ha habido progresos: EEUU y Rusia han extendido el Tratado de Reducción de Nuevas Armas Estratégicas, mientras que Joe Biden y Vladimir Putin ya han anunciado su intención de “mantener una comunicación transparente y continua”. El alto Representante de la UE, Josep Borrell, visitaba Moscú a principios de mes para intercambiar información pero también para buscar formas de relanzar la amistad con Rusia.
Esto no significa que se estén “reiniciando” las relaciones con Rusia. Pero para avanzar -hay muchas formas de avanzar- primero se necesita entender en qué se ha equivocado Occidente la media docena de veces que ha intentado volver a empezar con Rusia.
Obituarios de los “reinicios” con Rusia
En la última década, tanto la UE como EEUU han intentado de manera tanto oficial como no oficial buscar nuevos acercamientos a Rusia. El primero, por supuesto, llegó con Barack Obama al frente. En aquel momento, el reinicio liderado por EEUU fue igualado por la UE, con la Asociación por la Modernización y el llamado “proceso de Meseberg”, impulsado por Alemania. Ambos fracasaron incluso antes de empezar. Incluso la anexión de Crimea y la guerra en el Donbás no acabaron con el apetito por seguir reiniciando la relación.
Dos años después de la invasión de Crimea, en marzo de 2016, la UE planteó la iniciativa llamada “cinco principios” sobre Rusia, que hacía un llamamiento por un “compromiso selectivo”. En el verano de 2019, Emmanuel Macron volvió a tratar de relanzar la relación con Rusia. Sin embargo, todos estos intentos han fracasado. La pregunta es: ¿por qué?
¿Por qué no funcionan?
Occidente siempre ofrece un nuevo comienzo con Rusia pensando que los reinicios se basan en la idea de hacer concesiones mutuas, más o menos congelando el status quo en seguridad (también en el este de Europa), sumado a un sinfín de buenos gestos diplomáticos.
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