La ONG Gran Caribe por la Vida (GCL, por sus siglas en inglés) de Trinidad y Tobago mostró este martes su rechazo a la propuesta de la comunidad empresarial del país de reanudar la pena de muerte por el aumento de la violencia.
El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, dijo el lunes durante el primer día de un simposio sobre el crimen en el Caribe, que la violencia que se registra en la zona está «amenazando con destruir nuestro paraíso» terrenal.
Ante esta alerta, la comunidad empresarial propuso instalar de nuevo la pena de muerte en el país que fue aplicada por última vez en 1999.
Asimismo, Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, instó el lunes a los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) en un simposio sobre el crimen en el Caribe, a utilizar la pena de muerte como medida disuasoria de los asesinatos.
GCL remarcó que esta práctica «es una forma de castigo cruel, inhumana e ineficaz» que no tiene cabida en una sociedad civilizada, agregando que «no hay pruebas» que demuestren que la pena de muerte tenga un efecto disuasorio de delitos graves.
«Hay una necesidad urgente de un plan sólido, exhaustivo y basado en datos que incluya iniciativas basadas en pruebas que aborden las causas profundas de la delincuencia y ofrezcan oportunidades a las personas para que den un giro a sus vidas», afirmó el GCL, que agrupa a organizaciones y personas de 18 países.
En este contexto, Khaleem Ali, miembro ejecutivo del GCL, reclamó mayor «control de las fronteras para limitar las posibilidades de que drogas y armas entren» en los países del Caribe.
«Se ha demostrado que la pena de muerte afecta de manera desproporcionada a las comunidades marginadas y a quienes no tienen acceso a una representación legal efectiva, es decir, a las personas empobrecidas», denunció Ali.
Crowley detalló el lunes que en Trinidad y Tobago, entre los años 2011 y 2022, un total de 5.439 personas fueron asesinadas, en su mayoría por la importación de armas de fuego y balas.
Precisó además, que en el año 2011, 352 personas fueron asesinadas, pero que este número casi se duplica en el año 2022, cuando se registraron 600 asesinatos.
Durante este tiempo, Rowley mencionó que Trinidad y Tobago ha tenido diez ministros de Seguridad Nacional, y que pese a ello, la violencia no ha mermado, sino aumentado. EFE
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