El mundo debe repensar su relación con los ancianos, después de que los fallecimientos por COVID-19 en los hogares para adultos mayores en todo el mundo “nos robaron una generación de sabiduría”, dijo el lunes el jefe de emergencias de la Organización Mundial de la Salud.
En un discurso sobre las implicaciones para los derechos humanos de la pandemia de COVID-19, el Dr. Mike Ryan instó a los países a ver el cuidado de los ancianos como una “cuestión de derechos”.
Las tasas de mortalidad en los hogares de ancianos han sido altas, en parte porque son más vulnerables a la enfermedad, pero también porque la respuesta ha sido deficiente, lo que hizo que algunos centros se vieran abrumados y que los cuerpos quedaran desatendidos en las habitaciones incluso en algunos países ricos.
“Necesitamos repensar la relación que tenemos con las generaciones mayores y la forma en que brindamos atención a esas generaciones”, dijo Ryan. “Necesitamos ver las necesidades de nuestras generaciones mayores como una cuestión de derechos: el derecho a ser atendido, el derecho al contacto social”.
Ryan también pidió una mejor protección para los presos, migrantes y trabajadores de la salud.
“El acceso a la atención médica durante la pandemia de COVID-19 no ha sido justo”, sostuvo. “Ha sido influenciado por el género, la riqueza, la edad, la clase social, el estatus legal, la etnia y tantas otras cosas”.
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