La Organización Mundial de la Salud dice que una variedad de crisis están afectando negativamente la salud de millones y bloqueando la ayuda humanitaria necesaria en los puntos críticos devastados por la guerra en todo el mundo.
La guerra, los desastres climáticos y la COVID-19 amenazan la salud mundial y socavan la capacidad de construir y mantener sociedades económicamente viables y estables. Estas múltiples crisis son más pronunciadas en los países devastados por la guerra.
Ucrania, hasta hace poco una sociedad próspera, ahora está destrozada. Desde que Rusia invadió hace 51 días, miles de civiles, incluidos niños, han resultado muertos o heridos.
La OMS ha confirmado 119 ataques contra personal e instalaciones de atención médica desde el comienzo de la guerra allí. El director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que los servicios de salud están severamente interrumpidos, particularmente en el este del país, ahora el epicentro de los combates.
“Por el bien de la humanidad, insto a Rusia a volver a sentarse a la mesa y trabajar por la paz”, apuntó en rueda de prensa. “Mientras tanto, se deben establecer corredores humanitarios para que se puedan entregar suministros médicos, alimentos y agua, y los civiles puedan trasladarse a un lugar seguro”.
Hambruna aguda en Trigray
En otro frente, el Programa Mundial de Alimentos dice que 4,6 millones de personas en la asediada provincia de Tigray, en el norte de Etiopía, sufren hambre aguda. Según los informes, cientos de miles están al borde de la hambruna.
El gobierno etíope llamó a una tregua humanitaria hace tres semanas. A pesar de esto, el jefe de la OMS, Tedros, dijo que continúa un bloqueo, uno de los más largos en la historia del país. Pocos suministros para salvar vidas, dijo, están llegando a Tigray.
“En efecto, continúa el asedio de las fuerzas etíopes y eritreas”, dijo. “Para evitar la calamidad humanitaria y la muerte de cientos de miles de personas más, necesitamos un acceso humanitario sin restricciones por parte de quienes refuerzan el asedio”.
Tedros advirtió que el Cuerno de África y el Sahel corren un alto riesgo de hambruna. Dijo que el conflicto, los años de sequía, las fuertes inundaciones y el COVID-19 han destruido la capacidad de las personas para cultivar la tierra, cultivar y criar ganado.
Dijo que muchas personas ya se están muriendo de hambre y millones están en movimiento. Expresó su preocupación por el impacto que está teniendo esta crisis humanitaria en la salud de las personas y en la seguridad regional.
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