En menos de un mes, la variante de preocupación Ómicron del coronavirus ya fue detectada en 40 países, incluyendo la Argentina. Se sabe que puede aumentar el riesgo de reinfección en personas que ya tuvieron COVID-19 y que no están vacunadas. Hay plataformas globales que van compilando los datos de vigilancia genómica de las variantes del coronavirus, y la gran incógnita del momento es cómo apareció la variante Ómicron, y ya hay tres hipótesis que han planteado investigadores de diferentes países como intentos para dar una explicación.
Hasta ahora, se sospecha que la variante Ómicron no se desarrolló a partir de una de las variantes preocupantes anteriores, como Alpha o Delta. De hecho, la nueva variante es muy diferente a los millones de genomas a partir de muestras de pacientes con COVID-19 de todo el mundo que se han compartido a lo largo de los meses.
Según la científica Emma Hodcroft, viróloga de la Universidad de Berna, en Suiza, sospecha que el origen Ómicron puede remontarse a mediados de 2020. Podría haber evolucionado en paralelo con las otras variantes. “Es difícil encontrar un pariente cercano suyo, probablemente pronto se separó de las otras variantes”, comenta la viróloga.
Cuáles son las hipótesis
1- Una de las hipótesis es que el virus pudo haber circulado en una población en la que casi no se ha realizado vigilancia genómica. Por lo cual, la variante Ómicron se podría haber generado y haber circulado sin que se la haya detectado más tempranamente. Christian Drosten, virólogo del Hospital Universitario Charité en Berlín, apoya esa hipótesis: la variante Ómicron podría haber estado circulando “durmiente” durante bastante tiempo. “Supongo que esta nueva variante no evolucionó en Sudáfrica, donde se están produciendo muchas secuencias, sino en algún otro lugar del sur de África durante la ola de invierno”.
En cambio, Andrew Rambaut, un biólogo evolutivo de la Universidad de Edimburgo, cree que es poco probable que el virus haya permanecido oculto en un grupo de personas durante tanto tiempo: “No estoy seguro de que realmente haya un lugar en el mundo lo suficientemente aislado como para permitir que este tipo de virus se propague, se transmita durante mucho tiempo antes de que surja en otras zonas”.
2- Otra hipótesis es que la variante Ómicron pudo haberse originado en un paciente inmunodeprimido, cuyo organismo fue incapaz de erradicar el virus cuando se contagió. “Siempre se ha esperado la aparición de una variante nueva y potencialmente perturbadora cuando el virus permanece sin control en millones de personas. Seguirá mutando y por eso debemos permanecer vigilantes y ágiles en nuestras respuestas. Esta variante surgió casi con toda seguridad en un individuo inmunodeprimido que no pudo eliminar la infección original. Lo más probable es que se trate de un paciente con VIH no vacunado en Sudáfrica, donde el virus puede replicarse y evolucionar”, sostuvo el profesor Jeremy Nicholson, del Centro Director e Instituto Futuros de la Salud de la Universidad Murdoch de Australia.
3- La tercera hipótesis es que el coronavirus, que primero se identificó en los seres humanos en enero del año pasado, podría haber saltado luego hacia un animal. Desde allí, podría haberse modificado y se podría haber generado la variante Ómicron. Algunos científicos piensan que el virus puede haberse escondido en roedores u otros animales en lugar de en los humanos y, por lo tanto, sufrir varias presiones evolutivas que dieron lugar a nuevas mutaciones antes de regresar a los humanos.
Kristian Andersen, inmunólogo del Instituto de Investigación Scripps, en los Estados Unidos, se encuentra entre los que han planteado la hipótesis de que Ómicron pudo haber surgido a partir de un proceso que se llama “zoonosis inversa”: ocurre cuando este virus vuelve a una especie animal. “Sé que la mayoría de los científicos piensan que las variantes provienen de individuos inmunosuprimidos, y esto es plausible. Pero, para ser honesto, creo que es más probable una nueva zoonosis teniendo en cuenta que muchas mutaciones son algo inusuales y que la variante parece haber sufrido una división temprana de otras variantes de coronavirus. Esta posibilidad no debe descartarse”.
Según las investigaciones de Robert Garry, profesor de microbiología e inmunología en la Escuela de Medicina de Tulane, en los Estados Unidos, Ómicron tiene siete mutaciones que permitirían que la variante infecte roedores como ratones y ratas y especies similares. Otras variantes como Alfa, por ejemplo, llevan sólo algunas de estas mutaciones.
Además de las mutaciones genéticas de ‘adaptación de roedores’, la variante Ómicron produce una serie de cambios que no se ven en ninguna otra versión del coronavirus Sars-CoV-2, y muchos científicos consideran que esa particularidad puede ser una evidencia potencial de que la variante surgió en un animal invitado.
“Es interesante observar cuán increíblemente diferente es Ómicron de las otras variantes”, señaló el biólogo evolutivo Mike Worobey de la Universidad de Arizona en Tucson en la revista Science. Indicó que el 80% de los ciervos de cola blanca que se han estudiado en Iowa entre finales de noviembre de 2020 y principios de enero de 2021 eran portadores del coronavirus Sars-CoV-2.
Un estudio publicado hace un mes sugiere que el venado de cola blanca podría convertirse en lo que se conoce como un reservorio del coronavirus Sars-CoV-2: los animales pueden portar el virus de forma indefinida y transmitirlo periódicamente a los seres humanos. Si esa idea se confirmara, “destruiría cualquier esperanza de eliminar o erradicar el virus en los Estados Unidos y, por lo tanto, en el mundo”, opinó el virólogo veterinario Suresh Kuchipudi de Penn State, quien codirigió el estudio.
Ómicron tiene 32 mutaciones sólo en su proteína de la Espiga, casi cinco veces más que Delta, y se teme que su naturaleza altamente divergente pueda hacerla más transmisible. Se investiga aún cuál es el impacto sobre la protección otorgada por las vacunas.
El profesor Andersen entonces sostiene que Omicron podría haber evolucionado en roedores -que se sabe que son portadores del coronavirus- después de que un humano infectado les transmitiera el virus. Esto explicaría por qué se separó de su rama evolutiva y se “desvaneció” en algún momento de 2020 y volvió a entrar en la población con tantas mutaciones muy inusuales, muchas de ellas nunca vistas antes.
El ancestro de Ómicron se habría adaptado entonces para infectar al huésped animal. Esto habría dado lugar a su naturaleza fuertemente mutada, antes de pasar de nuevo a los seres humanos y luego propagarse rápidamente a otras personas. Basa su hipótesis en el hecho que, si bien Ómicron divergió de otras variantes del coronavirus a mediados del año pasado, el muestreo genómico sugirió que sólo empezó a circular en las personas en algún momento de octubre de este año.
Lo que ocurrió entre esos dos períodos es el misterio que hay detrás de lo que ha hecho que Ómicron sea tan diferente. Según Andersen, “el linaje es antiguo y parece improbable que haya circulado sin ser detectado en pacientes inmunodeprimidos durante tanto tiempo” y se ha demostrado que el coronavirus salta de una especie a otra”. En segundo lugar, es que varias de las mutaciones de Omicron también se han producido en especies de roedores como ratones y hámsters.
En cambio, el profesor David Livermore, microbiólogo de la Universidad de East Anglia, en el Reino Unido, no está de acuerdo con la hipótesis del salto del coronavirus hacia un animal para explicar el origen de la variante Ómicron. Aunque reconoce que esa variante se había separado de sus ancestros hace algún tiempo, Livermore defiende que la hipótesis del paciente inmunodeprimido. “Ómicron está muy alejado de sus ancestros y presenta una inusual combinación de cambios múltiples”, dijo. “Es más probable que se haya seleccionado bajo una fuerte presión selectiva, por ejemplo en un paciente inmunodeprimido infectado crónicamente”, agregó.
El profesor Lawrence Young, experto en virus de la Facultad de Medicina de Warwick, en el Reino Unido, dijo: “Estamos en los primeros días de la comprensión de Ómicron y sus mutaciones. Sin embargo, mi opinión es que esta gente puede hacer todos los modelos que quiera, pero utilizarlos para intentar predecir el comportamiento biológico del virus es, en el mejor de los casos, muy especulativo”.
Hay aún estudios en curso sobre la nueva variante, pero a los investigadores les preocupa que pueda producir nuevas olas de COVID-19. Actualmente, en el mundo la variante Delta predomina en la mayoría de los pacientes con COVID-19. Pero la tasa de reproducción en la provincia sudafricana de Guateng, se encuentra en el epicentro del brote de Ómicron, ha pasado de menos de uno a más de tres en menos de un mes.
Los funcionarios de Salud Pública de la provincia de Guateng estimaron que el valor R -una medida clave utilizada para calibrar la velocidad de crecimiento de una ola- podría ser de hasta 3,5. En comparación, el índice R del Reino Unido nunca ha sido superior a 1,6. En Sudáfrica, Ómicron se ha convertido en la variante dominante en poco más de una semana desde que se descubrió oficialmente, constituyendo el 75% de las muestras secuenciadas. Sólo una cuarta parte de los sudafricanos están vacunados, en comparación con alrededor del 70% en el Reino Unido, Estados Unidos y Europa.
La epidemióloga de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA), Meaghan Kall, advirtió que los datos actuales sugieren que Ómicron puede ser “peor” que Delta, aunque el panorama aún está emergiendo. Dijo que era “muy escéptica” en cuanto a que la nueva variante causara síntomas más leves, afirmando que las infecciones podrían parecer menos graves sólo porque la gente tiene inmunidad contra otras variantes, a diferencia de la primera oleada.
Sin embargo, los médicos de Noruega, donde 60 personas se contagiaron de Omicron en una fiesta de Navidad, afirman que todos los infectados presentan síntomas leves, como dolores de cabeza y de garganta. Pero todos los infectados son jóvenes y se cree que están vacunados, lo que debería significar que sólo experimentan síntomas leves de todos modos. A pesar del optimismo, los ingresos hospitalarios ya parecen estar aumentando en Sudáfrica: los 274 del jueves aumentaron un 180% con respecto a la semana pasada, aunque parten de una base baja.
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