La Generalitat Valenciana diseña un nuevo paquete de restricciones ante el coronavirus para su aplicación a partir del 10 de mayo, una vez decaiga el e stado de alarma decretado por el Gobierno, en el que se mantendrían medidas como el toque de queda nocturno, las limitaciones en las reuniones entre no convivientes y la posibilidad de confinar perimetralmente municipios si empeora la situación epidemiológica.
La Comunidad Valenciana ha logrado esquivar los efectos de la cuarta ola del Covid-19. De hecho, es la autonomía española con menor incidencia acumulada, con 43 contagiados por cada 100.000 habitantes, y la única en riesgo bajo de propagación del coronavirus.
Sin embargo, para el Gobierno que preside el socialista Ximo Puig las próximas semanas se presentan cruciales para poder consolidar la contención de la pandemia y alcanzar el verano con una incidencia de veinticinco casos o menos por cada 100.000 habitantes, que es el umbral que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) para poder dar por controlado el coronavirus.
Al respecto, la Mesa Interdepartamental para la gestión y prevención del Covid-19 decretará en su próxima reunión, que debe revisar las medidas que decaen el 9 de mayo, una desecalada «lenta, prudente y gradual».
Adiós al cierre perimetral
El presidente de la Generalitat ya ha advertido de que se relajarán algunas de las restricciones (el cierre perimetral de la Comunidad Valenciana se levantará después de mas de medio año), pero las medidas ante el coronavirus no se han acabado. Al respecto, Ximo Puig ha hecho una alusión implícita a los buenos resultados que ha arrojado el toque de queda para controlar la movilidad.
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