La niña de 9 años que resultó herida luego de que encapuchados atacaran el camión donde viajaba con su familia por el sur de Chile fue operada con «éxito», mientras las autoridades prosiguen este domingo con las investigaciones para dar con los responsables.
EFE
El intendente (gobernador) de la región sureña de La Araucanía, Víctor Manoli, explicó que la menor fue sometida a una operación para extraerle un proyectil alojado en su espalda y que se encuentra en buen estado de salud
«Salió bien de la operación, sin riesgo, tiene que recuperarse», señaló Manoli al medio local El Mercurio.
El camión en el que viajaba la menor junto a su familia por la ruta Q-182, que une Collipulli y Angol, resultó totalmente quemado en un ataque que, según las autoridades, fue perpetrado la madrugada del sábado por «terroristas organizados».
«El ejemplo de esa niña nos va a ayudar a mantener la fuerza y la voluntad para encontrar, juzgar y castigar a los terroristas que no trepidan ante nada, ni ante nadie, y que son capaces de herir a una niña de nueve años», dijo el sábado el presidente del país, Sebastián Piñera.
El mandatario conservador presentó hace dos semanas un proyecto que endurece las penas en la quema de camiones y que considera la cadena de perpetua en el caso de que haya víctimas mortales ante las constantes amenazas de los transportistas de iniciar una huelga.
El ataque se produce unos días después de que el líder mapuche Celestino Córdova, condenado a 18 años por homicidio, abandonara una huelga de hambre de más de 100 días tras acordar el 18 de agosto con el Gobierno chileno visitar 30 horas su domicilio y participar en una ceremonia religiosa.
Según las autoridades, en el lugar del incidente se encontraron cuatro panfletos que pedían la liberación de la veintena de presos mapuche que aún siguen en huelga de hambre pese al acuerdo con Córdova.
Desde el histórico pacto, no se habían registrado ataques tan graves como el del sábado en La Auracanía y otras zonas del sur de Chile, donde comunidades indígenas se enfrentan desde hace décadas a empresas agrícolas y forestales que explotan tierras consideradas ancestrales en el marco del llamado «conflicto mapuche».
En las últimas semanas se habían registrado numerosos ataques incendiarios a maquinaria agrícola y predios, ocupaciones y desalojos violentos de edificios municipales y marchas a favor y en contra de los mapuches, el pueblo indígena más grande Chile, que representa cerca del 10 % de la población total.
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