Miles de partidarios del presidente Jair Bolsonaro se manifestaron este viernes en Brasilia a favor de la flexibilización del porte y la posesión de armas en Brasil, una de las principales banderas del mandatario ultraderechista.
Convocados por el movimiento Proarmas con el lema «No es sobre armas, es sobre libertad», los manifestantes se concentraron frente a la Catedral de Brasilia y marcharon por la Explanada de los Ministerios.
Vestidos de blanco, los participantes en el acto, muchos de ellos sin tapabocas anticovid, exigieron el derecho a defenderse y pidieron «el cese de la persecución cultural» contra los aficionados a las armas, como cazadores, tiradores deportivos y coleccionistas.
«Hoy todos los bandidos tienen acceso a las armas y los ciudadanos de bien no, las personas honestas no tienen acceso a las armas, por eso es muy importante que rescatemos esa libertad», explicó a la AFP Marcelo Duarte, de 46 años, que asistió con su hijo.
«Estoy aquí por la libertad, por el derecho a defender a mi familia, por la libertad de expresión y por la seguridad de todos nosotros», dijo Viviane Duarte, de 44 años.
La posesión y el porte de armas son banderas de Bolsonaro, un excapitán del ejército que llegó al poder en enero de 2019 preconizando la legítima defensa y la mano dura contra el crimen en uno de los países más violentos del mundo.
En sus más de dos años en el poder, Bolsonaro ha firmado más de 30 actos normativos para que los brasileños puedan adquirir o portar armas con más facilidad, pero muchos de ellos han sido trabados por el Legislativo o el Poder Judicial.
Los manifestantes también denunciaron la «interferencia» de los poderes Legislativo y Judicial a favor del voto impreso, una demanda frecuente del mandatario, que desconfía del sistema de voto electrónico y advierte de la posibilidad de fraude en las presidenciales de 2022.
El mandatario moviliza desde hace meses a su base más extremista en momentos en que su popularidad está en el punto más bajo.
Una encuesta de Datafolha difundida entre jueves y viernes revela que la tasa de desaprobación de Bolsonaro superó por primera vez el 50% y confirma que sería derrotado ampliamente en las elecciones de 2022 por el expresidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva.
Esos malos datos son consecuencia de su gestión de la pandemia, que ya ha dejado más de 530.000 muertos en Brasil. Una comisión del Senado investiga sus presuntas omisiones a la hora de enfrentar el coronavirus, así como posibles irregularidades en la negociación de vacunas anticovid por parte de su gobierno.
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