La canciller alemana, Angela Merkel, reclamó hoy una “mayor ambición climática” en la lucha contra el calentamiento global, un desafío que, dijo, precisa mecanismos concretos y compartidos por la comunidad internacional “en interés de las generaciones jóvenes”.
“Todos queremos que Glasgow sea un éxito”, aseguró la líder alemana en alusión a la cumbre del clima COP26 prevista para noviembre en esa ciudad escocesa, durante la apertura del llamado “Diálogo de Petersberg”, foro internacional contra la emergencia climática organizado por Alemania.
Según Merkel, para que ese éxito sea posible, deben confluir las “ambiciones nacionales y la solidaridad internacional”.
“Estamos al borde del abismo”, advirtió por su parte el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. “Con los compromisos actuales, todavía nos dirigimos a un aumento desastroso de la temperatura de 2,4 grados para finales de siglo”, alertó, en un mensaje dirigido a ese foro virtual.
Los países industrializados tienen “la obligación moral y práctica” de lograr avances que permitan aplicar estrategias efectivas, apuntó el primer ministro británico, Boris Johnson, invitado al foro en tanto que anfitrión de dos grandes citas internacionales: la cumbre del G7 de Cornualles (Inglaterra), en junio, y la de Glasgow, en noviembre.
La emergencia climática es una tema crucial en la agenda internacional. Quedan meses por delante para la cumbre en Escocia, pero conviene acudir a ella con “mucho trabajo previo realizado”, ya que no puede haber un “acuerdo en el último minuto”, aseguró Johnson.
EL MECANISMO DEL PRECIO A LAS EMISIONES
Merkel, con su talante pragmático, apostó por mecanismos cuantificables. “Es deseable que se acuerde un precio a las emisiones”, consideró, para añadir que las ambiciones o compromisos nacionales no bastan, sino que hay que combinarlas con lo que denominó “solidaridad internacional”.
La dirigente alemana elogió en ese sentido la “nueva ambición climática” representada en Estados Unidos por el presidente Joe Biden, así como las iniciativas lanzadas a escala nacional por otros países, como Canadá.
“Es deseable que, a estos esfuerzos nacionales, se unan mecanismos globales armonizados”, añadió.
LA CAMPAÑA ALEMANA COMO INCENTIVO
Al margen de ese desafío y empeño global compartido, Merkel insistió desde el foro en la determinación de su Gobierno de plasmar en realidades su compromiso en la lucha contra la emergencia climática en objetivos ambiciosos.
Aludió así al propósito de aprobar dentro de la presente legislatura una ley climática mejorada y con objetivos más ambiciosos que la vigente.
La nueva versión fue presentada ayer mismo por la ministra alemana de Medioambiente, Svenja Schulze, y su colega de Finanzas y vicecanciller, Olaf Scholz. Los dos son socialdemócratas -Scholz es el candidato de su partido a los comicios nacionales- y ambos han mostrado la determinación de presentar a una Alemania más combativa en términos climáticos.
El Ejecutivo alemán se propone aprobar la próxima semana un recorte de sus emisiones contaminantes, a fin de reducirlas para 2030 en un 65 % con respecto a 1990 y alcanzar la neutralidad climática en 2045, lo que superará los objetivos de la Unión Europea (UE) .
Esta nueva ambición climática alemana empezó a plasmarse la semana pasada, pero no por iniciativa propia de la coalición de Merkel, integrada por el bloque conservador y sus socios socialdemócratas.
El detonante fue una sentencia del Tribunal Constitucional (TC) que emplazaba al Gobierno a mejorar antes de finales de 2022 la ley de Protección del Clima sellada en 2019.
El Constitucional consideró injusta hacia las generaciones más jóvenes parte de su contenido, ya que no concretaba suficientemente los objetivos de reducción a partir de 2030.
La gran coalición no solo asumió el desafío, sino que se propone dar la respuesta adecuada dentro de la presente legislatura, que terminará después de las elecciones generales del próximo 26 de septiembre, tras las cuales Merkel se despedirá del poder.
Hay un claro interés por responder lo antes posible a la cuestión. Se desató en primer lugar un pulso interno entre los coaligados por capitanear ese desafío -en los últimos días se cruzaron los reproches entre socialdemócratas y conservadores por no haber atendido a tiempo a los déficits revelados por el TC.
Al margen de esa pugna interna, está también el interés en que la cuestión no capitalice la campaña de esos comicios.
Por primera vez en la historia alemana, los Verdes lideran los sondeos sobre intención de voto. Ni a los conservadores ni a los socialdemócratas les interesa “arrastrar” la cuestión durante meses: tras la pandemia, el combate climático está en un lugar bien alto entre las prioridades del elector medio alemán.
EFE
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