Un total de 686 armas de variado calibre, además de 338 proveedores y 7.248 municiones decomisados en diversos operativos realizados de seguridad, fueron destruidas este jueves 28 de mayo, por las autoridades de Panamá.
EFE
La destrucción del armamento, el tercero que se realiza en el año, se efectuó en un patio de la sede de la Policía Nacional de Panamá, con la presencia del ministro panameño de Seguridad, Juan Pino, y representantes de los diversos estamentos de la Fuerza Pública.
Fueron utilizadas sierras circulares y sopletes para cortar y fundir diversos tipos de armas, como pistolas, revólveres, fusiles, escopetas, entre otras, la gran mayoría decomisadas en operativos desarrollados los barrios donde circulan, según fuentes oficiales.
Las autoridades de seguridad señalaron que con la incautación y la destrucción de este armamento se logra evitar que los grupos criminales cometan sus actos ilícitos.
El ministro de Seguridad, Juan Pino, destaco que en este «importante trabajo» contra la criminalidad se ha realizado en una «coordinación legal» con el personal del Ministerio Público y el Órgano Judicial de Panamá.
En Panamá los niveles de violencia se han incrementado durante la pandemia de COVID-19, pese al confinamiento impuesto para contener la propagación del virus y de una ley seca o prohibición de venta y distribución de bebidas alcohólicas, que estuvo vigente hasta hace poco, para prevenir actos violentos.
Se ha producido crímenes atroces como el asesinato a tiros esta madrugada de una pareja en su residencia en La Chorrera, oeste de la capital, a manos presuntamente de pandilleros.
Las autoridades atribuyen estos hechos violentos en gran medida al crimen organizado y el narcotráfico, y también a rivalidades entre grupos y bandas de pandilleros.
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