Carlos III será oficialmente coronado este 6 de mayo en la Abadía de Westminster de Londres ante 2.000 invitados, ocho meses después de su llegada al trono tras la muerte de su madre Isabel II.
La coronación de Carlos III dará lugar a una de las “operaciones de seguridad más importantes” que haya conocido el Reino Unido, explicó el miércoles el gobierno, buscando tranquilizar tras la detención de un hombre la víspera frente al palacio.
Más de 2.000 personas, entre jefes de Estado, reyes y miembros de diversas monarquías, políticos y representantes de la sociedad civil asistirán el sábado a la ceremonia en la Abadía de Westminster, en el centro de Londres.
Decenas de miles de curiosos abarrotarán el Mall, la gran avenida que parte del Palacio de Buckingham, para ver pasar la carroza real, acompañada en procesión por miles de militares en uniforme de gala, para la primera coronación de un monarca británico en 70 años.
Y pese a que el rey quiso organizar un evento de menor magnitud que la coronación de su madre en 1953 o los funerales de esta en septiembre, el acto requerirá un imponente operativo de seguridad.
Bautizado “operación orbe de oro”, el dispositivo para proteger la ruta de entrada y salida de la abadía incluirá francotiradores en los tejados y agentes de civil, detectores de metal, perros rastreadores y una zona de exclusión aérea sobre el centro de la ciudad.
La policía también utilizará tecnología de reconocimiento facial en las calles. “La lista de vigilancia se centrará en aquellas personas cuya presencia (…) suscitaría preocupación, incluidas las personas buscadas por delitos o sobre las que pesa una orden de detención pendiente”, informó Scotland Yard en un comunicado.
“Tendremos la mayor movilización de agentes en un solo día que se haya visto en décadas, con algo más de 11.500 agentes de servicio”, afirmó el subcomisario adjunto Ade Adelekan.
Será “una de las operaciones de seguridad más importantes” que haya vivido el país, tras la que en septiembre resultó del funeral de la reina Isabel II, fallecida a los 96 años, subrayó el secretario de Estado de Seguridad, Tom Tugendhat.
“Nuestros servicios de inteligencia y nuestras fuerzas del orden son perfectamente conscientes de los desafíos a los que nos enfrentamos y están listos para hacerles frente, como hizo la policía ayer”, agregó en declaraciones a Times Radio.
A última hora de la tarde del martes, los agentes detuvieron frente al Palacio de Buckingham a un hombre que a través de la verja metálica había lanzado objetos que parecían cartuchos de fusil.
Por “precaución”, la policía procedió a la explosión controlada de una bolsa sospechosa que llevaba el detenido y aunque este estaba armado con un cuchillo afirmó que no considera el incidente como un acto terrorista.
Carlos III no se encontraba en el palacio en ese momento pero horas antes había recibido allí al primer ministro australiano Anthony Albanese, en uno de las primeros encuentros bilaterales del monarca con sus invitados, que el viernes recibirá entre otros al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
Manifestaciones
La casa real británica negó informaciones según las cuales el operativo costaría unos 100 millones de libras (125 millones de dólares), que habían suscitado críticas en un momento en que muchos británicos luchan contra el disparado coste de la vida.
“He visto varias estimaciones, algunas más extravagantes que otras”, declaró a la prensa un portavoz del palacio.
“Una ocasión nacional como ésta, un gran evento de Estado, atrae un enorme interés mundial que compensa con creces el gasto que conlleva”, agregó.
Además de posibles ataques, la policía vigilará a los manifestantes, ecologistas o antimonárquicos, que busquen “alterar el orden público”, afirmó, prometiendo “firmeza” y cero “tolerancia”.
“El derecho a protestar es fundamental y eso no cambiará”, dijo a los periodistas un portavoz del primer ministro Rishi Sunak. Pero “esperamos que todo el mundo se una” el sábado y reconozca la coronación como una ocasión de “unidad nacional”, agregó.
El grupo antimonárquico “Republic” espera reunir al menos a mil personas para abuchear el cortejo real en la céntrica Trafalgar Square, pero aseguró que no pretende “en absoluto” perturbar su desarrollo.
El rey Carlos III, que en su día fue tachado de chiflado por admitir que hablaba con las plantas y defender la agricultura orgánica, impregnará su ceremonia de coronación del sábado con símbolos de la naturaleza y la ecología.
El nuevo rey británico, de 74 años, es un defensor de larga data de las cuestiones medioambientales, desde la lucha contra el cambio climático hasta la biodiversidad.
Para su coronación, el monarca reflejará este interés regalando semillas de flores silvestres a los escolares, utilizando prendas ceremoniales recicladas e incluso autorizando tal vez que las diademas de diamantes sean remplazadas por tocados florales.
En un Reino Unido que perdió 98 % de sus hábitats de flores silvestres en los últimos 80 años, las escuelas primarias recibirán 200.000 paquetes de semillas para que los niños las siembren en sus jardines.
Entusiasta de la biodiversidad, Carlos III tiene un prado de flores silvestres de 1,6 hectáreas en su casa de Highgrove, en el oeste de Inglaterra.
Cuidado con esmero durante 30 años, ahora alberga 120 especies y zumba al son de los insectos y los pájaros.
Reciclaje
Reciclador empedernido, el monarca tiene un coche Aston Martin que funciona con biocombustible procedente de excedentes de vino blanco inglés y suero de quesería.
Y es conocido por hacer reparar sus prendas cuando muestran signos de desgaste, en lugar de tirarlas.
El año pasado demostró su afición a “arreglar y remendar” apareciendo en un episodio especial del exitoso programa de televisión de la BBC “The Repair Shop” (El taller de reparaciones).
Todas las prendas ceremoniales que vista el sábado habrán sido usadas anteriormente por otros monarcas, por decisión “personal” del rey.
“La reutilización de estas piezas responde a una idea de sostenibilidad y eficacia”, explicó Caroline de Guitaut, responsable de las obras de arte reales.
Así, Carlos III vestirá el Colobium Sindonis -una sencilla túnica blanca que se lleva inmediatamente después de la unción para simbolizar la pureza ante Dios- de su abuelo Jorge VI.
También reutilizará la Supertúnica -una túnica larga de mangas doradas creada para la coronación de Jorge V en 1911-, el cinturón de la espada y el guante blanco de la coronación.
Abejas e insectos
La toga de coronación que lucirá su esposa, la reina Camila, a su salida de la Abadía de Westminster también incluirá diseños inspirados en la naturaleza y el medio ambiente.
Abejas, un escarabajo y otros insectos aparecerán bordados en oro en la cola de terciopelo púrpura de la prenda.
La cola también llevará bordadas varias plantas, como el lirio de los valles, una de las flores favoritas de la difunta reina Isabel II, el mirto, que representa la esperanza, y la delphinium, una de las flores favoritas de Carlos III.
Figuran asimismo el aciano, el helecho maidenhair, símbolo de pureza, y la alchemilla mollis, que simboliza el amor y el consuelo.
La “pantalla de la unción”, que ocultará al rey de la vista de los asistentes durante la que se considera la parte más sagrada de la ceremonia, también fue bordada utilizando prácticas sostenibles.
El diseño muestra un árbol con pájaros y 56 hojas que representan a los 56 países miembros de la Commonwealth, principalmente ex colonias británicas.
Poder de las flores
El tono “ecológico” de la ceremonia aparecía ya en la invitación a las cerca de 2.000 personas que se esperan en la Abadía de Westminster.
En ella aparece el “hombre verde”, una antigua figura del folclore británico que simboliza la llegada de la primavera y el renacimiento.
El diseño del artista heráldico e iluminador de manuscritos Andrew Jamieson presenta también una corona de hojas de roble, hiedra y espino, flores silvestres y fauna británica.
Y los tocados florales podrían incluso desplazar a las tiaras que suelen llevar las princesas en los grandes acontecimientos reales.
Se dice que la nuera de Carlos III, Catherine, cuyo marido William es el heredero al trono, está pensando en llevar un tocado de flores.
La biógrafa real Sally Bedell Smith declaró recientemente al diario The Times que el hecho de que la Princesa de Gales prescindiera de su diadema “daría un tono particular” y pondría de relieve la “reverencia del rey por la naturaleza y su pasión por las flores”.
(Con información de AFP)
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