El pintor y escultor colombiano Fernando Botero, fallecido este viernes, 15 de septiembre, a los 91 años, fue el artista de las figuras voluminosas, «no gordas», como solía aclarar, una obra que lo convirtió en artista universal y que hoy está repartida en forma de pinturas y esculturas en museos y plazas de todo el mundo.
Ante esto, Nicolás Maduro, expresó sus condolencias por la partida del pintor y escultor colombiano.
Por medio de su cuenta X (antes Twitter), escribió, «Mis más sinceras condolencias por la pérdida de Fernando Botero. El mundo del arte llora la partida de un maestro en la pintura, el dibujo y la escultura».
«Su legado perdurará en cada trazo, en cada volumen, en cada obra que creó. Su creatividad y talento han dejado una huella imborrable en la historia del arte. ¡Descanse en paz, maestro Botero!». puntualizó.
Mis más sinceras condolencias por la pérdida de Fernando Botero. El mundo del arte llora la partida de un maestro en la pintura, el dibujo y la escultura. Su legado perdurará en cada trazo, en cada volumen, en cada obra que creó. Su creatividad y talento han dejado una huella… pic.twitter.com/VGm7LxdaOJ
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) September 15, 2023
Nacido el 19 de abril de 1932 en Medellín, Fernando Botero Angulo, transitó por el arte contemporáneo y el moderno, pero fue su estilo figurativo, desarrollado a través de las suaves formas de sus figuras regordetas, el que le dio fama mundial.
«La palabra ‘gordo’ no le gusta nada, la desterraría; él es un pintor de volúmenes», destacó en marzo pasado Marisa Oropesa, comisaria de la exposición «Botero: Sensualidad y melancolía», presentada en Valencia (España).
Obras en todo el mundo
Sus obras están repartidas por decenas de ciudades del mundo, pero el hito que marcó su universalidad ocurrió en 2015 y 2016, cuando realizó su primera exposición íntegra y retrospectiva en escenarios como el National Museum of China de Pekín, ubicado en la plaza de Tiananmen, y el China Art Museum de Shanghái.
Consciente de la importancia de su obra, Botero donó gran parte de sus trabajos a su país natal y piezas suyas están repartidas entre el Museo Botero, en la capital colombiana; la Plaza Botero (Medellín), la Plaza Santo Domingo (Cartagena) o en la Casa de Nariño, el palacio presidencial, donde reposan la escultura «La paloma de la paz» y la pintura monumental «La monja».
El Museo Botero, que guarda la colección más completa de su obra, fue creado en 1998 con la donación que hizo al Banco de la República de 123 obras de su autoría y 87 de artistas internacionales.
Botero ganó numerosos reconocimientos internacionales, entre los cuales destaca el premio Guggenheim International en 1957, que le supuso exponer en el Guggenheim Museum de Nueva York y ya hacerse un nombre internacional.
Entre sus distinciones figuran también la Orden de Andrés Bello (1976), la Cruz de Plata de la Orden Boyacá (1977), la Legión de Honor francesa (2002), el Premio Américas (2002), la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica (2007) y el título de Embajador honorario de Colombia ante la Unesco.
Otro hito en su trayectoria fue 1961, cuando el MoMa de Nueva York adquirió «La Mona Lisa de doce años».
En 1969 realizó su primera gran exposición en la galería Claude Bernard de París y en 1972 en la Marlborough Gallery de Nueva York. Al año siguiente se trasladó a París, donde realizó sus primeras esculturas, que mostró por primera vez en la Feria de Arte de la capital francesa.
En abril de 2022, su natal Medellín le celebró por todo lo alto sus 90 años como un gesto de gratitud por iluminar con sus obras a una ciudad que estuvo en tinieblas por la violencia del narcotráfico.
«El maestro Fernando Botero no solamente ha sido para Medellín un artista vital, hijo de esta tierra, sino que también ha sido un gestor y un visionario», expresó en esa ocasión a EFE la directora del Museo de Antioquia, María del Rosario Escobar, quien agregó: «le debemos la mejor cara de Colombia».
Sus obras han protagonizado millonarias subastas, como en 2022, cuando la escultura «Hombre a caballo» logra en Christie’s 4,3 millones de dólares.
Botero se casó tres veces. Su primera mujer fue Gloria Zea, entre 1955 y 1960, y tuvieron tres hijos. En 1964 contrajo matrimonio con Cecilia Zambrano, con la que tuvo a su cuarto hijo, Pedrito (1970-1974) y se divorciaron en 1975. Desde 1978 estaba casado con la pintora y diseñadora de joyas de origen griego Sofía Vari, quien falleció en mayo de este año.
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