Madeleine McCann y sus hermanos dormían en el apartamento de Praia da Luz, en el Algarve Portugués, mientras sus padres cenaban con unos amigos en el restaurante tapas, ubicado en el mismo complejo y a escasos metros de los niños. Kate y Gerry se turnaban con sus amigos para ir a ver a los niños. Poco después de las 21:00 horas, el padre de Maddie fue el encargado de ir al apartamento.
Al entrar, vio cómo la puerta de la habitación de los mellizos Sean y Amelie estaba más abierta de lo que recordaba. Pensó que Madeleine podía haberse levantado, algo habitual en ella. Procedió a ir a su habitación y vio que estaba plácidamente dormida, tal y como la dejó antes de irse a cenar. Estaba recostada sobre su lado izquierdo y con las piernas tapadas con la sábana. eso tranquilizó a Gerry, que dejó la puerta entornada y pasó por el baño antes de regresar al restaurante, donde el resto de los comensales se divertían mientras esperaban a que llegara la cena. Nadie sospechaba que la siguiente ronda sería en inicio de una pesadilla de la que a día de hoy, 14 años después no han logrado despertar.
Kate fue la siguiente en ir al apartamento. Al llegar, la corriente de la ventana abierta cerró la puerta de la habitación de Maddie. Al entrar, observo con estupor que la pequeña Madeleine, de tres años, no estaba en su habitación. Los hermanos gemelos, seguían durmiendo. La puerta no estaba forzada, sólo había una ventana entreabierta. Era el 3 de mayo de 2007. Madeleine era una niña muy especial. Nació en Leicester, Inglaterra el 12 de mayo de 2003 y llegó después de que la pareja se sometiera a varios tratamientos de fertilidad. Era la primera hija de Kate, que ejercía como médico en Melton Mowbray, y de Gerry, cardiólogo del Hospital Glenfield. Madeleine colmó de felicidad a la pareja. Además de su belleza tenía un rasgo diferencial: sus ojos eran de diferente color. El izquierdo era azul verdoso y el derecho era verde y tenía una hendidura en el iris. conocida como coloboma, que mostraba una delgada mancha negra hacia la parte baja del ojo.
¿Quién se llevó a Madeleine McCann?
Han pasado 14 años desde ese día y Kate y Jerry McCann, que no han dejado de buscar a su hija, han tenido que soportar la acusación de las autoridades portuguesas, han trabajado a destajo para reunir fondos para proseguir la búsqueda…. Scotland Yard mantiene el caso abierto y ha gastado ya 14,5 millones de euros en la búsqueda de la pequeña. Muchos han sido los momentos en los que la investigación ha estado a punto de cerrarse. De hecho, la única razón por la que no han cerrado el caso es por la entrada en escena de Christian Brueckner, un pedófilo alemán que vivió en el Algarve durante nueve años y cuyo teléfono móvil le sitúa en la noche de la desaparición a escasos metros de los apartamentos en los que se alojaban los McCann.
Después de numerosas investigaciones, interrogatorios, intervenciones de las autoridades portuguesa y británica y de muchos roces entre los investigadores, entró en juego Alemania. En junio de 2019, señalaron a Christian Brueckner como principal sospechoso y llegaron a afirmar que tenían el caso cerrado al 90 por ciento. Brueckner había sido condenado por abuso de menores en Alemania y cuando salió libre, se trasladó a Portugal, Era el año 1995. Allí vivió de los robos en apartamentos, del trapicheo con combustible robado y en la compraventa de vehículos. Brueckner alardeaba entre sus amigos de sus robos, de su capacidad para colarse en los apartamentos y robar incluso con los turistas dentro. Llegó a reconocer a una de las personas de su círculo más cercano que soñaba con violar a una menor.
Desde su llegada a El Algarve, el pedófilo alemán de 43 años dio rienda suelta a sus instintos más profundos. Se le acusa de haber violado a una menor 10 años antes de las desaparición de Madeleine. Pero la única condena firme y por la que cumple condena es por la violación de una norteamericana de 71 años en 2005. Brueckner se coló en su apartamento y no se contentó con robarle, sino que abusó sexualmente de ella. Este caso es el que le mantiene en prisión y ha evitado su salida de la cárcel.
¿Qué le paso a Madeleine?
Los investigadores alemanes están convencidos de que el alemán es el responsable del secuestro de Madeleine y de su posterior asesinato, pero no han logrado pruebas ni su confesión. Tampoco han procedido a interrogarle porque no tienen las evidencias suficientes. La defensa del pedófilo tiene claro que su cliente saldrá impune de este caso y defiende que se han agarrado a él como a un clavo ardiendo para mantener vivo el fuego de la investigación. La clave es una llamada de 30 minutos que realizó cerca de los apartamentos poco antes de la desaparición de la niña británica. El día anterior se despidió de su novia y le dijo que tenía que hacer un trabajo importante y que quizás podrían estar un tiempo sin verse.
Las autoridades portuguesas, alemanas y británicas tratan de avanzar en un caso que ya ha costado mucho dinero y que sólo ha provocado roces entre los investigadores. Las dos reuniones a tres bandas realizadas en Portugal han terminado de la misma forma. Todas las partes se echan la culpa de que el caso no haya sido resuelto todavía.
Lo cierto es que la instrucción del caso fue nefasta. El día de la desaparición de Madeleine entró demasiada gente en el apartamento, no hubo control y pudieron desaparecer pruebas importantes. La mala instrucción del caso permitió que el sospechoso lograr huir y la obsesión por culpar a los padres de Madeleine hizo que se perdiera un tiempo fundamental.
Mientras los investigadores alemanes tratan de atar cabos y de interrogar a nuevos sospechosos, los portugueses siguen haciendo trabajo de campo. han registrado un lago, situado a 25 kilómetros, en el que Brueckner podría haberse deshecho del cuerpo de Maddie. Se han registrado una treintena de pozos situados en los alrededores de la zona y se han vuelto a revisar todas las líneas de investigación para ver si se les había pasado algo por alto en todos estos años.
Mientras tanto, Kate y Gerry se preparan para un posible cierre de la investigación. Así, han reunido un millón de euros para que, en el caso de que el gobierno británico decidiera no destinar más fondos a la investigación, seguir trabajando por su cuenta.
¿Cuantos años tendría Madeleine?
Madeleine cumpliría 18 años el próximo 12 de mayo. Sus padres sueñan con poder reunirse con ella y recuperar el tiempo perdido en su idílica casa de dos plantas situada a las afueras de Leicester. En todos estos años no han podido quitarse de la cabeza las palabras de Madeleine en la mañana del día de su desaparición. Les regañó por no haber estado en su habitación cuando se despertó llorando.
Pudo ser un aviso de lo que pasaría después. Kate y Gerry decidieron que esa noche tendrían mas cuidado y que pasarían por el apartamento cada hora. Después de desayunar a las 07:30 horas siguieron su rutina, fueron a la piscina, donde Kate hizo la última foto de Madeleine con vida. Eran las 14:29 horas. Llevaba un gorro de lona blanco, un vestido rosa y una gran sonrisa dibujada en su rostro. Junto a Madeleine estaban su padre y su hermana.
Poco después, Kate y Gerry dejaron a los niños en el club infantil y se fueron a dar clases de tenis. Poco después de las cinco de la tarde regresaron al apartamento y comenzaron con la rutina diaria de todas las tardes, baños, cena y a dormir. Gerry aprovechó para dar una nueva clase de tenis antes de volver para ducharse y salir a cenar con sus amigos.
Las palabras de Madeleine de esa misma mañana seguían resonando en sus cabezas. Gerry quiso tranquilizarla y se tumbó a su lado para leerle un cuento. Cuando los tres niños se quedaron dormidos, cerraron la ventana, bajaron la persiana de la habitación y entornaron la puerta. Decidieron ir a verles cada 20 o 30 minutos en lugar de contratar a una niñera. Sus amigos también lo hicieron. Como cada día, tenían reservada la misma mesa en el restaurante Tapas. Así lo indicaba una gran pizarra negra y que pudo haber sido vista por el responsable de la desaparición.
La mujer de una de las parejas regresaba de hacer la ronda y vio a un hombre que se alejaba de los apartamentos con un niño dormido en brazos. No pudo verle bien porque estaba en una zona oscura pero tenía un físico similar al de Brueckner y no le prestó demasiada atención.
A las 21:30, El marido de la otra pareja se ofrece a pasar a ver si los hijos de los McCann están bien porque él iba a ver a los suyos, que estaban en el apartamento de al lado. Al regresar dijo que estaba todo tranquilo. A las 22:00 Kate se levantó y comprobó que Maddie no estaba.
En ese momento comienza la búsqueda desesperada. Alertan al personal del complejo y comienza a buscar por todas partes. A las 04:30 horas deciden suspender la búsqueda hasta el día siguiente. La policía notifica la desaparición a la Interpol, se cierra la frontera con España y se procede a controlar los aeropuertos de toda la península Ibérica.
Al día siguiente llegaría la primera comparecencia de Kate y Jerry ante la prensa. Desolados y hundidos piden la colaboración ciudadana. La imagen de Kate aferrada al peluche favorito de Maddie se convirtió en una imagen habitual durante los primeros días, un símbolo del dolor de una madre que, a día de hoy, no ha podido cerrar el duelo.
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