El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, propuso hoy convocar un referéndum constitucional en enero de 2022 y anunció la pronta adopción de leyes contra las protestas opositoras que estallaron a mediados de 2020.
Durante la segunda jornada de la VI Asamblea Popular, Lukashenko consideró viable «compaginar» la consulta popular y las elecciones locales que deben celebrarse a más tardar a mediados de enero de 2022.
«Así economizaremos medios. Estoy seguro de que a finales de año tendremos el nuevo proyecto de Constitución», afirmó, según informa la agencia oficial BELTA.
Lukashenko, en el poder desde 1994, abogó el jueves por reducir las facultades presidenciales, aunque matizó que Bielorrusia seguirá siendo una república presidencialista.
«En estos minutos de incertidumbre sobre nuestro futuro debemos ser, como nunca, cuidadosos, precavidos y estar unidos. No es el momento para arramplar con todo», insistió hoy.
A la hora de reformar la Carta Magna, rechazó «dudosos experimentos» y adelantó que una comisión constitucional presentará las correspondientes enmiendas constitucionales en los próximos meses.
La resolución aprobada hoy por la Asamblea Popular precisa que la comisión constitucional estará compuesta por representantes de las esferas jurídica, económica y social, pero no de la oposición democrática.
Lukashenko, que acusa a Occidente de instigar las protestas opositoras, también propuso estudiar una posible renuncia al estatus de neutralidad de la antigua república soviética que, durante las protestas, recibió el respaldo del Kremlin.
Los líderes de la oposición bielorrusa habían rechazado de antemano la propuesta de reforma constitucional de Lukashenko, al que acusan de ganar de manera fraudulenta las elecciones presidenciales de agosto de 2020.
Como alternativa, han creado su propia comisión constitucional, entre cuyas propuestas figura otorgar mayores prerrogativas al Parlamento e introducir un sistema electoral mixto.
En respuesta a una propuesta de declarar una amnistía, el líder bielorruso respondió hoy que en su país «no hubo y no hay presos políticos».
Y anunció que el Parlamento aprobará «en breve» nuevas leyes contra las protestas masivas, las provocaciones y otras violaciones de ley.
«Guste o no, el proceso ha comenzado. Es importante prevenir cualquier disturbio masivo, pero también para que nos vean como un Estado civilizado», dijo.
Según informó hoy la oposición, una de las líderes de las protestas antigubernamentales, María Kolésnikova, recibió dos nuevos cargos penales por crear una organización extremista y conspiración para tomar el poder por medios anticonstitucionales.
Lukashenko, al que la oposición acusa de ordenar la represión violenta de las manifestaciones de los últimos meses, puso ayer condiciones para su salida del poder: «Paz, orden y ninguna acciones de protesta».
La oposición bielorrusa tiene previsto reanudar próximamente las protestas, cuya principal demanda es la renuncia de Lukashenko, la liberación de los presos políticos y la convocatoria de nuevas elecciones presidenciales. EFE
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